El mito de la cerveza y la recuperación

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Podríamos hablar de una “tradición” -para festejar un encadene o un buena día de escalada- el hecho de saborear una buena cerveza fresquita con los amigos después de la jornada de trepe. Obviamente, con la excusa de que es buena para nuestra recuperación.

Pero para la recuperación, el organismo requiere ser rehidratado recibiendo un aporte en sales minerales y restablecer el stock de glúcidos (ver artículos de Escalada e Hidratación1 y Escalada e hidratación 2 de nuestro columnista y nutricionista Eduardo Durán). Y además, requiere descansar y por lo tanto, aprovechar un sueño reparador.

La chela es una bebida alcoholizada, si bien en poca cantidad, lo suficiente como para perturbar el sueño y por lo tanto minimizar sus beneficios. El alcohol perturba el control de la glicemia: el almacenamiento del glucógeno (es decir las reservas glucémicas del organismo) no se realiza de manera correcta.

Si la cerveza contiene magnesio, entonces es pobre en sodio. No obstante, el esfuerzo y la transpiración hacen que se pierdan cantidades importantes de sales que deben ser absolutamente recuperadas lo antes posibles para un funcionamiento óptimo.

La cerveza es diurética. Esto no es una novedad, su consumo obliga a orinar más seguido. Si esta virtud es a veces buena o favorable para la eliminación de toxinas, esto no es compatible con una buena recuperación. En esta fase, el organismo debe restaurar sus stocks hídricos que fueron gastados por la práctica deportiva y la exposición a elementos como el frío y el viento. La cerveza no aporta suficiente agua en relación a la eliminación que provoca. Beber más, aumenta el aporte de alcohol y sus perjuicios y no restaura las pérdidas de sales y líquidos.

Desde un punto de vista nutricional la chela no es aconsejable sobre todo inmediatamente después de un esfuerzo. ¿Entonces de dónde viene este mito de que la chela es buena para la recuperación? Seguramente de la confusión con la levadura de cerveza, la cual es rica en sales minerales y vitaminas y que constituye un excelente complemento alimenticio para el deportista.

Para algunos, tan importante como el magnesio. Foto: beerandclimbing.com

Para concluir, no esta demás decir que es obvio que la gran mayoría no va renunciar al placer de una buena cerveza después de la escalada, pero para minimizar lo efectos negativos:

-Esperar por lo menos una hora después del esfuerzo físico para beber la cerveza.
-Durante esa hora de espera: tomar un litro de una bebida isotónica y sin calorías que le permita restaurar suficiente agua, glúcidos y sales minerales.
-Saborear bien la cerveza, pero con moderación, 250 a 330 ml no más que eso.
-Excepto cuando se encadena una ruta real que nos ha costado mucho trabajo… jejejeje

Por Chileclimbers

Fuente: Kinescalde.com

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