ANDES INDÓMITO: UNA EXPLORACIÓN POR LA MÁGICA CORDILLERA
La extensa Cordillera de los Andes es el hogar de montañas y valles únicos, atraviesa una parte de Venezuela, Colombia , Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, adornando así de diferentes culturas el paisaje. Sin embargo, explorar la cordillera siempre resulta ser un desafío, no solo por los diferentes escenarios que ofrece, sino también por su difícil acceso, un camino diferente pero maravilloso, como el que se propuso descubrir el montañista chileno Raimundo Olivos, para ir en busca de las mejores líneas a través del proyecto audiovisual “Andes Indómito”.
En Sudamérica Los Andes nos regala características impresionantes y en Chile de norte a sur, se transforma en nuestra columna vertebral, la que sostiene probablemente los sueños de muchos esquiadores, escaladores y montañistas. Uno de ellos es Raimundo Olivos, hace 13 años se enamoró de las montañas, así es que comenzó a explorar diferentes áreas que lo mantuvieran siempre cerca de ella y lo llevaran a desafiar cada uno de sus límites. Comenzó practicando snowboard, luego randoné y hace seis años también se dedica a la escalada, además estudió Ingeniería en Expediciones y Ecoturismo, formando así un estilo de vida en permanente contacto con la montaña.
Siempre en constante movimiento Rai junto a su cordada Martín Oliger diseñaron el proyecto “Andes Indómito”, que pretende documentar la inmensidad de Los Andes, desde Colombia hasta la Patagonia, a través de disciplinas como el esquí y la escalada, rodeado de un precioso contexto cultural, con el objetivo de ampliar la visión que existe en relación a la Cordillera de los Andes y que será estrenado durante el último trimestre del 2020.
Si bien existe un tremendo potencial, que es lo que se transmitirá en cada capítulo del documental, la Cordillera aún no se rodea de una cultura de montaña potente, que permita acercar a más personas a los prestigiosos Andes. “En mi opinión lo que diferencia a la Cordillera de los Andes del resto, es el poco conocimiento y poca infraestructura de montaña en general, hay mala cultura de refugios, hay algunas excepciones como Perú y un poco Bolivia pero falta cultura de montaña, falta crear este lugar de cordillera y mostrar todo lo que puede entregar, siempre de manera responsable y segura”. comenta Rai.
EL SUEÑO DE LA CORDILLERA BLANCA
De todas manera, los desafíos que ofrece la Cordillera de los Andes siempre resultan interesantes para quienes se adentran en ella. El primer capítulo comienza en La Cordillera Blanca de Perú, junto a Raimundo, su cordada Martín Oliger y el fotógrafo Augusto Claro quien registró la experiencia, en un viaje de esquí, escalada y sueños. “Ver fotos de estas montañas de hielo gigantes nos motivaba muchísimo para ir a esquiarlas, siendo que no es un lugar que se vaya a esquiar generalmente, nosotros éramos bichos raros dentro de los montañistas que habían en el sector, la Cordillera Blanca no es un sector que se caracterice por buena nieve para esquiar, sino que es una nieve que parte a los 5.000 msnm, en 300 metros de bajada te puedes encontrar con muchos tipos de nieve, nieve polvo, dura, cartón, hielo, en fin, es un esquí bien complicado, pero rodeado de la cultura andina de Perú que es súper bonita y una cultura de montaña muy rica también”, agrega Rai.
Una expedición que duró tres semanas, donde comenzaron en el valle Ishinca para descender en esquí desde Nevado Ishinca (5.530 msnm), luego el Urus (5.495 msnm) y finalmente el Tocllaraju (6.034 msnm). Después de ocho días dentro del valle comenzaron el retorno hasta Huaraz, una intensa jornada que ya llegaba a su fin, sin embargo, al llegar a la ciudad se enteraron de un lamentable accidente que le quitó la vida a dos escaladores así es que sin dudarlo decidieron participar del rescate. Durante los días posteriores y a pesar del desgaste físico y emocional continuaron la expedición hacia La Esfinge (5.325 msnm), una pared de más de 800 metros de granito, que es un clásico de la Cordillera Blanca y que lograron escalar en un día, para finalmente disfrutar de la vista privilegiada desde la cumbre hacia cerros del valle de Parón, Artesonraju, Pirámide de Garcilaso y Chacraraju.
“Esta expedición tenía una motivación personal, ya que un amigo, que es el que me enseñó a escalar, murió en la Pirámide de Garcilaso, así es que siempre fue una motivación llegar hasta este lugar, donde Cristóbal hizo sus últimas escaladas y mientras estaba escalando La Esfinge podía observar hacia allá, fue una experiencia muy linda”, recuerda Raimundo.
ANDES CHILENOS
El segundo capítulo de “Andes Indómito” se situó en la magnífica Patagonia chilena, Raimundo junto a los esquiadores Javier Galilea y José Neira, fueron en busca del siguiente objetivo, que pretendía explorar el valle del Río Miller en Puerto Sánchez, donde no se había esquiado nunca, sin embargo el inestable tiempo de la patagonia no proporcionó las condiciones necesarias y después de siete días de lluvia finalmente regresaron hacia la Villa Cerro Castillo, donde lograron darle un buen giro a la expedición. Cuatro días de ventana que debían aprovechar al máximo, así es que rápidamente comenzaron a subir y a las 06.00 am. con piolet en la mochila, cuerda y crampones comenzaron a subir hacia una aguja que no registraba ascensos y donde se podía observar cómo caía una magnífica pala de nieve, por su ladera sur este, con pendientes que oscilan entre los 40 hasta 55 grados sostenidos. Así es que emprendieron el rumbo, asombrados por la gran calidad de nieve polvo que iba apareciendo en el lugar y luego de dos horas y media, comenzaron a escalar, Javier abrió el largo, en una escalada mixta de unos 50 metros, para finalmente lograr el primer ascenso a esta punta ubicada cerca del Cerro Chocolate.
Después de alcanzar la cumbre, los esquí y snowboard tomaron su lugar y uno a uno el equipo fue deleitándose de nieve polvo, en un descenso que no estuvo exento de dificultades en pendientes de 55 grados, pero que pudieron manejar sin ningún problema.
Al día siguiente, con destino hacia el cerro Montura, comenzaron el ascenso a las 04.00 am. para llegar a la ladera sur este, con pendientes que aparentemente podían ser esquiadas en buenas condiciones. Llegaron a la cumbre luego de escalar y comenzaron rápidamente el descenso por la pendiente de la entrada a la ladera que alcanzaba 60 grados en un paso complicado de no más de cuatro metros y que comenzaba a disminuir.
Ya un poco más cansados pero con ganas de seguir aprovechando la ventana decidieron ir por el último objetivo, el primer descenso al Punta Belén. A las 05.00 am comenzaron a randonear, luego de unas horas se encontraron a metros de la cumbre, sin embargo, habían decidido previamente no ascender los ocho metros de escalada vertical que hacían falta para llegar, con la idea de ir más livianos y enfocarse 100% en el descenso.
Y así fue, un día increíble bajo un sol patagónico que los despedía con su mejor sonrisa, lograron descender esquiando, disfrutando de nieve polvo increíble. La expedición continuó en la gran cumbre del Pico Negro y luego siguieron el recorrido hacia un cerro que no registraba ascensiones previas y que permanece aún sin nombre, en el sector de la Villa Mañihuales, donde abrieron dos rutas de escalada paralelas que llegan a la cumbre, “El camino del Guerrero” y «Pepito paga doble».
EL PARAÍSO DE LA ESCALADA
El valle de Cochamó recibió a comienzos del 2020 a Raimundo Olivos junto a su cordada Hernán Rodríguez y Benjamín Camus a cargo del registro audiovisual, para ir tras El Monstruo una de las paredes de granito más grandes de Sudamérica, con 1600 metros de escalada tradicional. Se impone en lo alto y desde lejos ya se puede observar mientras de a poco se asoma entre los bosques, aportando un ambiente indescriptible en el mágico valle, que cuenta con un sinfín de rutas de altísimo nivel, las que pudieron disfrutar previas al exitoso ascenso de El Monstruo. “Fue una experiencia única, dormir colgado a 1000 metros, escalar 20 largos diarios y al otro día escalar otros 7, fue muy provechosa esa expedición y conocimos uno de los valles más lejanos que hay dentro del Valle de Cochamó, que es el Valle La Bestia, muy inexplorado, fue un privilegio haber visto los diferentes colores del amanecer y atardecer colgado en esa repisa a mil metros”, agrega Rai.
Debido a la pandemia que afecta a nivel mundial las próximas expediciones por la Cordillera de los Andes han sido suspendidas, sin embargo aún falta mucho por explorar en las inmensas montañas que albergan probablemente algunos de los escenarios más prestigiosos del mundo y que permiten estar inmersos en un verdadero paraíso natural.