David Lama, Hansjörg Auer y Jess Roskelley desaparecen en una fatídica avalancha
El día jueves nos golpeaba la triste noticia de que tres de los mejores alpinistas del mundo, habían sido arrastrados por una avalancha ocurrida en las Canadian Rockies, en el Parque Nacional de Banff (Canadá). Los austríacos David Lama (28) y Hansjörg Auer (35) junto al norteamericano Jess Roskelley (36) intentaban realizar la primera repetición de una vía abierta en 1999 por Barry Blanchard, Scott Backes y Steve House, en el Howse Peak, lugar especifico de la tragedia.
Siempre es muy difícil realizar una nota cuando un escalador pierde su vida en la montaña, esto se acrecienta cuando además la incertidumbre de no poder encontrar sus cuerpos, hace mas doloroso aun el proceso para sus familias y amigos, y para la comunidad general (En la madrugada del domingo fueron encontrados los cuerpos segun informe de Parks Canada) . Son muchos los sentimientos encontrados que se cruzan; por un lado la tristeza de saber que 3 deportistas jóvenes pierden sus vidas, pero por otro lado también queda cierto grado de tranquilidad de que murieron haciendo lo que amaban, en el lugar que amaban y viviendo sus vidas con una intensidad, compromiso y presencia que debe ser difícil de describir, en una búsqueda de la felicidad absolutamente honesta, donde el deporte fue su escuela y las montañas su templo. Se hace complejo expresar o describir sus logros, sin sentir una cierta sensación de frivolidad, respecto a tener que destacar estos hechos mas icónicos, en vez de poder plasmar la calidad de personas que eran, y que manifiestan con gran profundidad quienes tuvieron la suerte de poder compartir cuerda con ellos.
Durante el fin de semana las redes sociales se llenaron con fotos de los deportistas y profundas palabras hacia los deportistas, familiares y amigos.
Simone Moro uno de los mejores montañistas del mundo expresaba de esta manera su pesar, con palabras que derrochaban sensatez, a pesar del gran dolor que significó la perdida de sus colegas y amigos:
«Para morir, tienes que nacer y eso podría ser suficiente. Pero hay personas que, además de nacer, deciden crecer, eligiendo que vivirán intensamente, gastando toda su energía para dar sustancia a sus sueños y aún más, convertir su pasión y sus sueños en el objetivo de su existencia y subsistencia. Han buscado y encontrado su integridad tomando esta decisión, su felicidad, su equilibrio y la razón por la cual vale la pena levantarse cada mañana y acostarse cansado, feliz y motivado por la noche. Ningún hombre debería abandonar la búsqueda de la felicidad y ningún montañero debería dejar de ir a las montañas, ese oasis de libertad, para complacer a quienes no entienden y desean que estés en casa, como espectador.
Cada escalador siempre hace todo lo posible para proteger el precioso regalo de la vida, cada decisión se toma principalmente por la propia seguridad y solo en segundo lugar, por la acción. Pero el hombre es parte de la Naturaleza, no es su gobernante y creador y acepta desde el principio que la habilidad, la experiencia, los trucos y la prudencia pueden no ser suficientes para impedir los riesgos y evitar incluso lo peor. Pero podemos decidir si existir solo para vivir, o vivir tratando de dar sentido al regalo y la suerte de haber existido. Pierdo a tres amigos, el mundo pierde a tres protagonistas y mentores de cómo vivir una vida respetuosa y saludable con una sonrisa. Estaban viviendo el camino de su existencia a su manera. Llorar su desaparición es humano y necesario, las lágrimas a menudo surcan nuestras mejillas y refrescan nuestra alma y nuestra sensibilidad. Pero cada vez que pierdo a mis seres queridos, amigos y colegas, siempre quiero reaccionar con la acción, en lugar de derrumbarme. Su pasión y sus valores son los mismos que animan a muchos de nosotros para mantenernos vivos, y su habilidad e integridad deben ser el combustible para reaccionar y asumir sus enseñanzas. En otras palabras, nuestras mochilas también deben estar llenas de su equipaje humano; transmitirles debe ayudarnos a quienes las hemos amado y conocido, a vivir y actuar de una manera mejor. Aún estamos viviendo el viaje de la vida intensamente, al igual que nuestro tres hermanos que han desaparecido. Ciao Hansjörg, David y Jess, vuestra escalada continúa …»
El catalán «montañero» Kilian Jornet también graficaba la perdida con un significado similar al del italiano: «David Lama. Hansjörg Auer. Jess Roskelley. Tres visionarios, que trajeron luz al mundo del alpinismo, han desaparecido en una avalancha. La sombra de su pérdida es grande entre las personas que aman las montañas, pero la luminosidad que crearon y que inspiró a muchos de nosotros continuará llenándose».
Conrad Anker «el patrón» norteamenicano del alpinismo enfrentaba la perdida con estas palabras:
«Elegimos jugar las reglas de las montañas porque son nuestra vocación. Aceptamos la pérdida que sorprende a cambio de los lazos de amistad creados al experimentar la vida en la majestuosidad de la naturaleza. En la intensidad de la alta montaña, custodiada por el viento y la nieve y regida por la gravedad, es donde encontramos estos momentos que nos definen como personas. Nunca es fácil perder a los seres queridos, especialmente aquellos con tanta vida por vivir».
Y claro, ésta es una de las partes mas difíciles de aceptar, ver desaparecer a tres deportistas con tanta vida, tanto talento y montañas por trepar… David Lama era un prodigio de la escalada donde su talento y sus palmares en deportiva, no fueron capaces de retenerlo en un muro de resina, transfiriendo rapidamente todo su talento y pura visión de la escalada y el alpinismo, a los macizos, la roca y la nieve eterna de las montañas.
El mismísimo Reinhold Messner decía respecto al joven alpinista austríaco: «Lama era un genio de la escalada en grandes dimensiones». El joven deportista, era considerado un talento excepcional del alpinismo y la escalada. Uno de sus mayores éxitos fue el primer ascenso en libre de la arista sureste del Cerro Torre (3.133 metros, sur de Patagonia) por la famosa vía del Compresor, en 2012. En otoño pasado, se convirtió en el primer escalador en conquistar, en solitario, la cumbre del Lunag Ri, en los himalayas (6.895 metros), en la frontera entre Tíbet y Nepal.
Messner mostraba una gran admiración por el escalador austriaco. Lama decía: La belleza de la escalada, para mí, reside en el proceso creativo. Una primera ascensión que es de alta calidad en cuanto a su estética, dificultades y estilo representa mi ideal personal.
Hansjörg Auer, de 35 años, se hizo popular para la mayoría de escaladores gracias a sus impresionantes escaladas en solo integral en vías como The Fish (850m, 7b+), en Dolomitas, o por primeras ascensiones como la de la vía Esperando a Godot (750m, 7b), en Torres del Paine, en la Patagonia chilena. En 2016, junto a David Lama y Alex Blümel, intentó la todavía pendiente arista sudeste del Anapurna III.
La destacada escaladora tirolesa Barbara Zangerl dedicaba calidas palabras para su compañero con quien compartío cuerda en varias ocasiones
Jess Roskelley se convirtió cuando tenía 20 años en el americano más joven en escalar el Everest. Lo hizo junto a su padre, el genial alpinista John Roskelley. Roskeley se ganó el respeto de sus compañeros con significativas repeticiones y primeras ascensiones a lo largo de todo el continente americano, entre las que destacarían la apertura de la ruta Hypa Zypa Couloir, en Alaska, o la primera ascensión, también en Alaska, de la arista sur del Mt Huntington.
Jess junto a su padre John con quien compartía su pasión por las montañas
Mucha fuerza a los famialiares y amigos de estos grandes deportistas y personas.
Fuentes:
Woguclimbing.com
Desnivel.com