“Basura” Viva: Compostaje en Casa
Cada vez que botas a la basura cáscaras de frutas o partes de una lechuga, ¿has pensado en lo absurdo que es encerrar un pedazo de naturaleza en una bolsa de plástico como si fuera basura? ¿Has pensado en lo banal que es tomar lo que aún tiene vida, para envolverlo en uno de los materiales más nocivos para el medio ambiente?
A muchos nos preocupa el medioambiente y, probablemente, somos otros tantos los que nos quejamos y preocupamos por los grandes proyectos económicos que arrasan con la naturaleza. Pero, ¿nos hemos preocupado de contribuir al saneamiento de nuestro planeta?
El compost es una medida que reduce aproximadamente un 50% el volumen de la basura de las casas y, además, nutre la tierra de las plantas de nuestros jardines y maceteros. En sectores urbanos, el aporte principal es la reducción antes mencionada y, en sectores más rurales, puede ser de gran utilidad para tratamientos de recuperación de suelos, obteniendo beneficios directos y valiosos.
Reducimos nuestra basura y, además, generamos un producto lleno de nutrientes y beneficios.
¿Qué es el compost?
Es el resultado de la degradación controlada de materia orgánica (como restos de frutas y verduras). Constituye un abono rico en nutrientes, ideal para enriquecer la tierra.
¿Cómo hacer un compost en casa?
1) Separación de los restos
Debemos apartar algunos residuos naturales que producimos en la cocina y en nuestro jardín. Podemos tener un recipiente o algún contenedor a mano para hacer esta tarea más fácil y dejar los restos orgánicos ahí a lo largo del día.
Algunos desechos que SÍ puedes incluir en tu compost son restos de frutas y verduras, cáscaras de huevos, granos de café, arroz y pastas, bolsas de té, yerba mate, filtros de café, servilletas de papel, etc. NO se recomienda agregar pan (ni pasteles), papeles de colores o impresos, lácteos, restos cárnicos, aceite de cocina y plantas enfermas.
Acá podemos ver un ejemplo de recipiente útil para compostaje.
2) Nuestra compostera
El lugar en que generemos nuestro compost puede ser un hoyo en el jardín, un cajón de madera, un tubo de plástico o cualquier recipiente al que tengamos acceso para poder revolver los restos y mezclarlos con tierra. Lo importante es que el sistema pueda oxigenarse, ya que es fundamental para que los microorganismos vivan.
3) Cubrir nuestros restos orgánicos con material seco
Es importante que, cada vez que coloquemos restos naturales en nuestra mezcla, le agreguemos un componente seco como aserrín, paja, hojas secas. Lo recomendado es tres partes de material seco por cada parte de materia fresca agreguemos tres de material seco. Los residuos frescos aportan nitrógeno; los secos, carbono. Así, se mantiene un equilibrio entre la humedad y la sequedad de nuestra mezcla
y no se compactará.
El ciclo que siguen los productos orgánicos en su descomposición, hasta convertirse en una nutritiva tierra.
4) Airear la mezcla
En el proceso de hacer tierra nutritiva necesitamos revolver nuestra combinación de ingredientes para que se oxigene. Esto debemos hacerlo cada 2 o 3 días; la idea es evitar la compactación y permitir que el oxígeno circule.
El resultado de nuestro compost lo podremos ver en casi 3 meses: una tierra fértil, nutritiva y ecológica para nuestras plantas, que funciona como abono, al ser aún más nutritiva que una tierra de hoja.
Escrito por: Florencia Celis R.
Editado por Chileclimbers