Relato: Primer ascenso a la Torre Sur del Barros Arana
Desde hace algún tiempo un grupo de jóvenes escaladores de la región de Aysén le ha dado vida a las magníficas montañas de su zona; montañas que antaño solían ser escaladas o intentadas sólo por extranjeros y que hoy, y gracias a la motivación de estos montañistas, han sabido de ascensos por parte de chilenos quienes haciéndose cargo de su cordillera escriben con cada cumbre la historia austral del montañismo nacional. En el presente relato Juan Ruiz Gómez detalla lo que fue la primera escalada a la Torre Sur del Barros Arana, y como si fuera poco, les dejamos además un video sobre dicha ascensión lograda por el mismo Juan Ruiz, junto a Martin Hartmann, Cristóbal García y Hugo Castañeda.
Torre Sur del Barros Arana, primer ascenso.
La cordillera del Barros Arana se encuentra ubicada en la localidad de La Junta, 250 kilómetros al norte de Coyhaique, lugar donde se encuentran torres de granito vírgenes rodeadas de impenetrables bosques que dificultan su acceso, razón por la cual está muy poco explorada. Desde el 20 al 26 de marzo realizamos el primer ascenso a una de las tantas torres que ahí se encuentran.
Esta montaña al igual que muchas otras ha sido muy poco explorada. A la fecha cuenta con un ascenso registrado en diciembre de 1990 por Douglas Tompkins, Galen Rowell y los hermanos Cado y Josh Avenali, quienes creían que podrían superar el límite de la vegetación en dos o tres horas, sin embargo superar la quilla, cascadas y la selva de Aysén les tomó más tiempo de lo previsto, por lo que demoraron dos días y medio en salir del bosque, para luego seguir por rampas de nieve hasta la ladera norte de la montaña, donde subieron hasta un couloir en donde encontraron dificultades de 5.5. Una vez ahí siguieron por las rampas superiores hasta encontrar el último obstáculo antes de la cumbre que se encontraba con verglas y con dificultades de 5.8.
El segundo intento por escalar esta montaña fue realizado por Klaus Hopperdietzel, gran explorador y montañista de Aysén, también en diciembre de 1990, quien superó la selva y no pudo continuar la escalada al encontrar una gran rimaya en el glaciar.
Cabe destacar que esta cordillera tuvo otra exploración realizada por Armando Montero, Daniel Zapata y Darío Arancibia quienes ingresaron por el valle del quinto con el fin de escalar una de las paredes de granito virgen que se encuentran al final del valle. Con la ayuda de los locales Waldo y Duberly intentaron hacer un sendero con machetes pero tras 5 días de actividad y considerando el poco avance decidieron dar la vuelta.
El primer día condujimos desde la ciudad de Coyhaique hasta La Junta, lugar donde pasamos la noche. Al día siguiente iniciamos la marcha con comida para 5 días. ingresamos por un campo particular ubicado en el sector del valle del cuarto, cercano a la junta y una vez ahí caminamos por un bosque alrededor de unas dos horas hasta dar con nuestro objetivo el «arroyo feo «, el cual nos ahorraría el bosque ya conocido por su dificultad. En un día remontamos el arroyo hasta salir del límite del bosque, ahí fue cuando comenzamos a ver diversas torres sin saber exactamente cuál era el Barros Arana. El segundo día de actividad entramos a un glaciar ubicado al este Barros Arana; caminamos por el glaciar hasta que vimos un portezuelo que nos conduciría a nuestro objetivo. Una vez remontado el portezuelo logramos ver la montaña y dos torres más pequeñas las cuales sabíamos que se encontraban sin ascenso.
Una vez ahí observamos las posibilidades de escalada existentes, estábamos frente a la cara este de la montaña la que no es tan amable como la vertiente de la única ascensión registrada, aun así debíamos intentarlo, por lo que salimos del campamento y realizamos una travesía en nieve de unos 50 grados, para después hacer 3 largos fáciles en roca descompuesta para poder montarnos en el glaciar. Una vez ahí logramos ver las dos torres que se encuentran al sur del macizo del Barros Arana, sin embargo continuamos hacia la montaña teniendo en cuenta estas torres vírgenes como un buen objetivo en caso de rebotar, y así sucedió le entramos por un canalón evidente con el fin de conectar más arriba con una arista que parecía llevar a la cumbre , pero cuando estábamos comenzando a escalar cayeron piedras y bastante material por lo que optamos por la prudencia debido a que pasaron bastante cerca de nosotros.
Decidimos volver al portezuelo entre el Barros Arana y estas dos torres, lugar donde hicimos un vivac, y al día siguiente partimos rumbo a la torre sur, la más cercana al portezuelo. Realizamos 5 largos de cuerda de dificultad moderada cercana al 5.9 en un granito fracturado pero bastante protegible, fue una escalada a vista y disfrutable que nos condujo a la cumbre alrededor de las 3 de la tarde en donde permanecimos algunos minutos comiendo y tomando fotos. Desde la cumbre nos percatamos de la gran cantidad de torres que hay en la zona, la gran mayoría sin ascensos. Comenzamos los rapeles con la tranquilidad que estos se merecen y llegamos a la base del torreón aproximadamente a las 7 de la tarde. Comimos, tomamos nuestras mochilas, bajamos por el glaciar y llegamos a la sección de roca descompuesta con las últimas luces, ahí comenzamos unos rapeles nocturnos que nos hicieron dudar bastante por lo que nos demoramos alrededor de 4 horas en llegar abajo. Finalmente realizamos la travesía por la nieve y por fin llegamos al campamento.
Al día siguiente comenzamos la retirada. Bajamos al glaciar ubicado al este del Barros Arana, conectamos con el arroyo feo y bajamos en un día hasta la camioneta para luego dirigirnos hasta La Junta lugar en donde celebramos la actividad. Al día siguiente fuimos al campo de Cristóbal García y Daniela Santibáñez cercano a La Junta en donde viven con sus hijos Ignacio y Kelt, en ese lugar comimos un asado y tomamos vino como es tradición por estas tierras.
Por Juan Ruiz Gómez.