Ascenso y descenso Cerro La Paloma: El poder del ser humano en la naturaleza

La capacidad del ser humano de poder llegar a lugares lejanos usando como única herramienta su cuerpo. Un recorrido a cargo del Trail Runner Chris Madrid, donde nos cuenta la alegría de romper un récord, y el contraste de los efectos de la minería en la Cuenca del Río Mapocho. 

El Cerro La Paloma de 4.910 metros y su glaciar homónimo han captado mi atención desde que observo las montañas desde la gran ciudad de Santiago. Siempre me preguntaba qué tan rápido podía llegar a su cumbre y me embargaba la curiosidad de saber qué había más allá, detrás de esa enorme formación de rocas y hielo. Siempre me he visto fascinado por la capacidad del ser humano de llegar a lugares lejanos y de difícil acceso, usando solo su cuerpo como motor y en el tiempo más rápido posible. 

Cada vez que elijo un objetivo me encierro como ratón de biblioteca a investigar la geografía y la historia que envuelve a la montaña escogida. Esta vez me vi maravillado y a la vez horrorizado por las historias y los datos que guarda esta montaña.  Fue así que comenzó todo, de un desafío deportivo que tenía como objetivo establecer un récord de velocidad de trail running, a la idea de ver con mis propios ojos las amenazas a las que se enfrenta esta montaña y su entorno. 

Investigación y planificación

Una de las historias que me sorprendió fue en el libro “17 crónicas sombrías” del montañista y escalador Jozsef Ambrus, donde cuenta que durante la gran sequía de 1955, el gobierno envió a la fuerza aérea a bombardear el glaciar La Paloma para fracturarlo y de esa forma acelerar su derretimiento para aumentar el caudal de los ríos y combatir la sequía. Los aviadores bombardearon el glaciar logrando desprender parte de la lengua colgante. Pero al parecer no sirvió de nada para combatir la sequía. Sin embargo, los datos más preocupantes vinieron de la constante amenaza de la gran minería. Anglo American (Reino Unido) y Codelco (Chile) quienes tienen sus faenas a pocos kilómetros de La Paloma y de los glaciares de la zona.

En 2014, la Dirección General de Aguas (DGA) financió un proyecto de investigación sobre los glaciares en los Andes centrales, específicamente acerca del impacto de la actividad minera sobre los macizos de hielo. Luego de ocho años de pruebas, los resultados y conclusiones fueron publicados en la revista científica Environmental Research en un artículo llamado “Comprender el papel de las emisiones antropogénicas en el retroceso de los glaciares en los Andes centrales de Chile».

La investigación concluyó que el cambio climático no es el principal responsable de la desaparición de glaciares en los Andes Centrales, sino que la actividad minera, específicamente las emisiones de carbón negro de estas empresas.

Además, Anglo American construyó entre los años 2008 y 2011, el “Túnel Los Sulfatos” o “Socavón Los Sulfatos” con el fin de expandir sus faenas. El Túnel es un socavón emplazado en la cota 3.590 msnm, de 7,9 km de largo y 4,5 metros de diámetro, que comprende a las regiones de Valparaíso y Metropolitana. Se encuentra situado a un promedio de 580 metros de profundidad y su extensión pasa por el subsuelo del Santuario de la Naturaleza Yerba Loca. Atravesando en su extensión por debajo de 4 glaciares, Infiernillo Sur, La Paloma Norte, La Paloma Este y Altar Sur. Pese a ello, un informe del Carbon Disclosure Project, posiciona a Anglo American como una de las 100 empresas responsables del 77% de las emisiones de carbono a nivel mundial.

Chile posee más de 24 mil glaciares, albergando cerca del 80% de la superficie total de todos los glaciares de Sudamérica. También es el país de América con mayor riesgo de estrés hídrico. Más de siete millones de personas que viven en Santiago y sus alrededores dependen de los glaciares para conseguir la mayor parte del suministro de agua en tiempos de sequía. Pero su valor no solo radica en ser suministro de agua para la población, ya que poseen, además, un valor cultural, científico y patrimonial único para cada país y sociedad.

Los glaciares son ecosistemas sumamente frágiles compuestos por diversas conformaciones como el permafrost, una capa de suelo permanentemente congelada, mezcla de hielo y tierra. Y el ambiente periglaciar, que es todo aquello que rodea al glaciar y está influenciado por este. Estos datos avivaron mis deseos de ir por esa cumbre, establecer ese récord y ver que podía aprender en el proceso que me permitiera tener más conciencia acerca de la importancia de proteger estos ecosistemas. 

Subiendo a paso firme

En lo que respecta a lo deportivo, La Paloma es una montaña de 4.910 metros de altura que usualmente requiere de 3 días para su ascenso y descenso. Durante la etapa de investigación me encontré con que el francés Romain Mounton había tenido esta loca idea primero y había logrado establecer el FKT (Tiempo más rápido conocido por sus siglas en inglés) en 12 horas y 58 minutos en subir y bajar la montaña. Este hecho marcaba la meta, bajar el tiempo conseguido por el francés.

Mi idea era hacer el FKT en el estilo que más me gusta, solo, autosuficiente, sin apoyo externo y sin campamentos de avanzada. Contabilizando el tiempo de ascenso y descenso, por la Ruta Normal Glaciar El Rincón, comenzando y terminando en Villa Paulina que es lugar donde comienza el sendero en el Santuario de la naturaleza Yerba Loca. El día previo preparé mi mochila con lo justo y necesario porque quería ir liviano, GPS, crampones para el hielo, chaqueta para el frío, guantes, polainas, un camelback con solo 2 litros de agua, 4 barras energéticas y 6 geles de glucosa. 

El plan fue comenzar a correr a las 6 am de manera que a las 9 am atravesé el glaciar El Rincón, con el sol iluminando para evitar el frío. El pronóstico del tiempo había fallado a mi favor, una brisa tibia y el cielo despejado me acompañaron durante todo el día, lo que me permitió disfrutar de la cumbre por unos 15 minutos sin siquiera tener que usar la chaqueta de abrigo. La vista era hermosa, muchos glaciares que proteger, pero al mismo tiempo horrorizado por el tamaño de las mineras que se encuentran a pocos kilómetros y que amenazan la preservación de estos glaciares. Saqué la foto de cumbre y comencé el descenso. 

El descenso fue la parte más difícil del día porque el glaciar El Rincón, estaba en su mayor parte cubierto por rocas sueltas por lo que cada paso que daba, una avalancha de rocas se iba encima de mis piernas. En esta sección es en donde más tiempo pase, ya que me tenía que detener, esperar que pasaran los rodados, pensar y continuar. Mis zapatillas y polainas quedaron destrozadas en esa sección y es en donde más estrés viví, pero salí ileso. 

Una vez sorteada esta sección comencé a correr a más velocidad para alcanzar a romper el récord, y lo logré, llegando al tótem de inicio en un total de 10 horas 34 minutos 32 segundos. Habiendo recorrido 42 kilómetros y 3.102 metros de desnivel positivo. Apenas toque el tótem final y detuve el reloj, estallé de felicidad. Comencé a reírme solo, con algunas lágrimas, viviendo una especie de catarsis ya que los meses previos había vivido uno de los momentos más duros de mi vida, y ahora me veía ahí con el cuerpo destrozado por el desafío, pero con el alma feliz y probando a mí mismo de lo que era capaz. 

El ascender y descender esta montaña lo más rápido posible fue para mí una metáfora, demostrar lo cerca que tenemos estos ecosistemas de la gran ciudad, de lo rápido que avanza el calentamiento global y de la rapidez con que la gran minería acelera el derretimiento de los glaciares. La exploración otorga conocimiento, el conocimiento crea conciencia y ser más consciente de tu entorno te lleva a darle importancia a cosas que quizás antes ignorabas o no les dabas la relevancia que merecían, como elegir mejor a tus representantes políticos, adoptar prácticas más sustentables y ser un ciudadano más activo en lo que respecta a la justicia medioambiental. 

Semanas después de realizado el FKT, regresé a la montaña, pero esta vez acompañado de mi amigo y fotógrafo Nicolas Gantz para registrar el ascenso y capturar el espíritu detrás de este poder humano ilimitado y lo más importante poder registrar las amenazas que enfrenta este recurso hídrico limitado, de manera tal de poder compartir esta realidad con todos aquellos que no pueden verla.