«Atención contra enfriamiento»: La diferencia entre el miedo y el pánico.

Muchas veces comenzamos a escalar o a realizar actividades «extremas», que condicionan nuestra calma y nos generan intranquilidad o inseguridad. Son actividades que desafían nuestra concentración y nuestra capacidad para mantener un temple centrado y muchas veces, estas dubitativas impiden que nuestro rendimiento sea al 100%. A veces creemos que esto es producto del miedo, pero resulta que el miedo tiene distintos matices, y no es el miedo siempre un enemigo.

Un ejercicio fundamental es buscar identificar que es lo que te provoca miedo al momento de escalar, esto puede ser miedo a como será la caída, a que se reviente un anclaje, etc. Todo este tipo de cosas pueden impedir una escalada tranquila y fluida, pero son elementos que no puedo dejar de tener en cuenta al momento de escalar.

El miedo puede ser entendido como una forma de recordar aspectos que pueden poner en riesgo nuestra integridad y, de tal manera, mantenerme atento frente a situaciones así. Eso quiere decir que sí me genera miedo que se pueda reventar un anclaje, revisaré constantemente mi equipo y su correcta instalación. Sí me da miedo el vuelo, partiré por ser minucioso en el chequeo cruzado, me preocuparé de no cruzar el pie en la cuerda y vigilaré tener posturas seguras al momento de volar.

El miedo será un recordatorio de lo riguroso que debo ser respecto a la seguridad, y tendrá mis sentidos atentos y alertas. Pero esto funciona hasta cierto grado, debido a que si dejo que ese miedo me domine y no se convierta en algo constructivo, se llegará al punto del pánico, al punto de la parálisis máxima, y es ahí donde ocurre el verdadero riesgo. Sí se me cruza el pie en la cuerda debo saber resolver la situación, tener presente que sí el pie se mantiene así puede generar un riesgo para mi integridad. Pero sí dejo que ese miedo siga avanzando al punto de congelar mi capacidad de reacción, donde el nerviosismo y el pánico se tomaran mis antebrazos, desestabilizarán mis piernas y me impedirá sacar el pie de la cuerda, eso sí implica un riesgo mayor.

Sí estuviera punteando, y llego a una tomada o posición incomoda con la cinta en frente, el miedo me hará recordar que no debo clipear desde ahí debido al riesgo que implica, y preferiré preparar el vuelo o clipear pasado. Pero sí ese miedo me lleva a un pánico que me hace querer clipear pese a la mala posición, todo por querer evitar una caída mayor, podría generar exactamente lo contrario.

El miedo tiene distintos grados, el miedo puede salvar mi vida, pero el pánico puede ponerla en riesgo. Debo identificar lo que me provoca inseguridad, desmembrar sus partes y analizarlo en sus elementos particulares para poder superarlo, puedo usar ese miedo a mi favor siempre y cuando no deje que este me domine y me congele.