«La escalada tiene limites»: La importancia de respetar zonas culturales.

Muchas veces el fanatismo por la escalada nos lleva a buscar las rocas más grandes y complejas, las cimas más altas, y pareciera que vemos regletas y pinzas por todos lados, incluso en el metro. Esta adicción hace que superemos nuestros limites y lleguemos a lugares impensados, llegando a parecer que no hubieran limites para nuestro deporte, pero la verdad es que sí los existen.

Existen razones por las cuales la escalada no debiese desarrollarse en cierto lugar, y una de ellas es el arte y la cultura de grupos indígenas antiguos. Años atrás, las rocas no eran solo un punto de entretención, sino que cumplían la función de ser una hoja, un cuaderno donde se depositaban ideas, expresiones, rituales, historia, etc. Múltiples rocas están empapadas en cultura y legado de culturas antiguas. Es así como existen zonas de roca que poseen este tipo de características, y se ha visto como grupos de escaladores parece no importarles esto y las terminan usando como zona de escalada de todas formas, y ante ello es vital recordar que esa roca es cultura perteneciente a generaciones y generaciones que se asocian a ese legado cultural.

Cabe recordar que al momento de abrir un boulder o una vía, siempre se debe entender que es una labor de mucha responsabilidad, ya que el que nazca una nueva zona de escalada, implicará una directa intervención en la zona, afectando y cambiando el flujo natural de dicha zona, intervenido directamente en el lugar, por lo que esta y otras razones, han de ser considerados antes de abrir una zona de escalada.

Como escaladores debemos recordar y entender que sí bien nuestro deporte se realiza al aire libre, y esta en constante expansión y búsqueda de nuevos parajes, tenemos que tener consciencia de los lugares que estamos interviniendo y entender las consecuencias de nuestros actos, y sí hay nidos, jeroglíficos, petroglifos, etc. Debemos de respetarlos y entender que nuestro fanatismo y amor por la escalada, tiene limites.