Mil cien metros de escalada antes del estallido social
En busca de un día completo e intenso de pegues y aproximaciones, Inti Mellado y León Riveros escalaron El Jote, Colombianos y Torrecillas sumando más de mil metros en una jornada maratónica de 16 horas. Mientras sus energías estaban puestas en su proyecto en el Cajón del Maipo, en Santiago se encendían las manifestaciones y los disturbios. Al final del día y sin saber qué pasaba, el primer toque de queda les impidió volver a sus casas la noche del 19 de octubre.
Por Consuelo Morán
El viernes 18 de octubre, mientras en Santiago cesaban las operaciones del metro por las evasiones y surgía en las calles una ola de protestas, disturbios y represión, Inti Mellado y León Riveros viajaban a San Gabriel para llevar a cabo un proyecto que tenían en mente hace meses: hacer un triple link up en el Cajón y sumar más de mil metros de escalada en una jornada.
Corriendo en las aproximaciones, escalando en simultáneo y mezclando estilo libre y artificial, estos deportistas hicieron 3 pegues en 3 paredes distintas en tan sólo 5 horas y 20 minutos de escalada, moviéndose eficiente y fluidamente por las montañas. Terminada la hazaña, cuando supieron que no podrían volver porque había toque de queda y los militares estaban en las calles, su satisfacción y alegría se vio interrumpida por reflexión e incertidumbre.
El pegue
A las 4:30 am del sábado se levantaron. Después de comer algo, hicieron la aproximación muy rápidamente hacia el pie de vía de su primera ruta: El Jote y sus 400 metros de largo. “Era la primera que queríamos escalar porque la sabíamos y queríamos una ruta que nos fuese fácil, una escalada real con harta verticalidad”, cuenta León.
El Jote (5.11)
Inti punteó los dos primeros largos en simultáneo, luego llegaron a una terraza donde hicieron un cambio de rack, y León punteó los 3 siguientes. El crux es un techo que está en el cuarto largo y lo hicieron en estilo french free: mezclando escalada artificial y en libre avanzaron por la pared. Portaban una Daisy para asegurarse y Micro Traxion para bloquear la cuerda y así evitar que el segundo tirara al primero en caso de una caída.
Finalmente, León le dio el paso a su cordada para que punteara los últimos dos largos. Escalaron en 3 largos una vía que tiene 7, y bajaron rapeleando. “Llegamos súper rápido, escalamos la ruta en 2 horas y 8 minutos, un tiempo del que estábamos orgullosos”, cuenta León e Inti agrega: “Todo fluyó muy bien, moverse en la pared tan rápido y eficiente es un sentimiento gratificante”.
Colombianos (5.10)
Aún con mucha energía y los arneses puestos partieron a Colombianos, una fisura de 450 metros que sube por la pared sur del cerro San Gabriel. “Yo no había escalado esa ruta en muchos años, así que era como casi a vista”, cuenta León quien fue de segundo toda la ruta porque Inti la conocía bien. La ruta, que tiene 10 largos, la hicieron en un solo largo y con un doble rack.
“Fluimos súper eficiente y terminamos los largos como en una hora justo”, dice Inti quien luego cuenta que, ya comenzando a sentir el cansancio, rapelearon y caminaron de vuelta al auto para enfrentar la tercera y última ruta del día.
Torrecillas: Tripi para dos (5.9) y Microclima (5.10)
Se demoraron cerca de 20 minutos en llegar a Torrecillas, trayecto en el que pudieron tomar agua y comer, pero donde también se enfriaron. Aún quedaban 250 metros por escalar y una aproximación que suele tomar una hora y media. Corriendo y con los arneses puestos, llegaron al pie de vía en 40 minutos. “Los verdaderos crux fueron las aproximaciones”, reflexiona Inti.
Hicieron Torrecillas en dos largos. León comenzó escalando Tripi para dos y cuenta que el cansancio ya se sentía y por eso “partimos escalando lento, pero después agarramos un poco más de inercia y nos empezamos a mover más fluido”. Luego llegaron a la terraza grande de Torrecillas, e Inti comenzó Microclima de primero.
Después de una hora y media llegaron a la cumbre. Fue un push de 16 horas en que no pararon de estar activos y exigidos, “obligados a estar completamente en el momento, en modo guerra”, dice Riveros.
Terminada la hazaña, se enteraron de lo que estaba pasando en Santiago y en Chile: en las calles manifestaciones, llamas, militares, violencia, represión y también toque de queda a partir de las 10 de la noche. La satisfacción y alegría que sentían por el pegue se vio interrumpida por la contingencia social y política, que además los obligó a pasar otra noche en el Cajón por la imposibilidad de circular libremente por las calles.
Inti cuenta que su sentir se ve muy bien expresado por el concepto de “conquistador de lo inútil” del montañista Lionel Terray. “Me sentí como un real conquistador de lo inútil, le invertí mucha energía a este pegue, pero en verdad no aporta nada a la sociedad”, dice Mellado. León, su cordada y compañero de aventura, reflexiona que “esta revuelta social te hace consciente del privilegio de poder estar ahí jugando en estos patios como el Cajón y disfrutando la naturaleza, donde todo fluye y es perfecto”.