Estrés y deporte (parte 1)
Todos en algún momento nos damos cuenta de los beneficios que tiene el realizar alguna actividad física, no solo porque vemos progresos físicos en nuestra musculatura y baja de peso, si no que por alguna razón uno anda más alegre por la vida, como si el ejercicio nos ayudara a botar todo lo malo que tuvo nuestra semana o día en particular. Pero alguna vez te has preguntado ¿qué es lo que ocurre en nuestro cerebro al hacer algún tipo de actividad física?
Por Sebastián Cabrera
Originalmente el estrés era visto como una respuesta adaptativa ante alguna situación amenazante, en donde el organismo se preparaba para huir o atacar. Hoy en día, esta respuesta se ha vuelto un arma de doble filo ante el contexto sociocultural en el que estamos, ya que el ritmo de la vida es más rápido y las exigencias han ido en aumento. Todo esto puede generar estrés, ya que al ser multifactorial y poder venir de manera directa o indirecta a un individuo, se podría dar una lista muy larga de las causas que pueden producir estrés, como lo son los ámbitos laborales, familiares, educacionales, etc. Todas estas causas entran en los que se llaman factores estresantes (Foromed, 2018).
Tal y como se mencionó antes, estos factores pueden ser internos como lo son la historia de vida, experiencia y características personales, como también pueden ser externos, es decir, ir a la universidad, cumplir en un trabajo, la compra de una vivienda, etc. Este último punto es muy relevante según los estudios y la visión del activista político y medio ambiental, George Monbiot, quien habla desde un punto más político sobre el análisis de estos factores estresantes en una sociedad competitiva, individualista y consumidora, a nivel laboral y educacional, alejándonos de nuestra naturaleza, la cual es empática y cooperativa, llevándonos al problema de consumirnos a nosotros mismos (ttp://fundipp.org/el-neoliberalismo/)
El estrés tiene variadas definiciones y divisiones, algunas son contraproducentes como el estrés mismo, pero hay otras como el eustres y el disestres que cumplen otra función. Según Vales (2011), respecto al término estrés, menciona que se suele asociar a un estado patológico, sin embargo, alude a una reacción del ser humano ante situaciones amenazantes a fin de sobrevivir. Cuando se generan respuestas eficaces y controladas por el sujeto, permitiendo una mejor adaptación, se denomina eustrés. Y cuando implica una inadecuada adaptación se llama disestrés, que es cuando se prolongan reacciones como: desintegración, fragmentación social, reducción de horas de sueño; pudiendo desencadenar problemas en la salud.
A nivel fisiológico, la respuesta al estrés provoca la secreción de cortisol, la cual es una hormona que interviene en el metabolismo de hidratos de carbono, grasas y proteínas; estimula la síntesis de glucosa y causa la reducción del consumo de la misma en las células, elevando la glucemia. Además, genera aumento en la frecuencia cardiaca y respiratoria, aumento en la sudoración, inhibición en la motilidad digestiva, etc.
La secreción de cortisol se produce al activarse el sistema nervioso autónomo al momento en que el estresor es percibido, lo que estimula la función del órgano e incrementa su tasa metabólica; cuando el estrés es permanente, el órgano no tiene oportunidad de relajarse lo que podría provocar el inicio de una disfunción.
Se puede hablar de los problemas físicos y psicológicos que puede llegar a causar el estrés en una persona. La situación estresante se puede trasformar en algo crónico, produciendo problemas cardiacos, enfermedades respiratorias, hipertensión arterial. También, aumentan los niveles de secreción de cortisol, una hormona que interviene en el metabolismo de hidratos de carbono, grasas y proteínas. El estrés también puede producir complicaciones psiquiátricas, ya que hay una correlación entre el estrés y la depresión, el suicidio y la ansiedad.
Tal y como se explicó a lo largo de esta columna, el estrés puede llegar de variadas formas a la vida de alguien, puede ser esporádica o prolongada, de eso depende de los recursos y herramientas que tenga ese individuo para confrontarlo. Es por esto que la pregunta nace de nuevo, ¿Cómo es posible que algo como la actividad física y los ejercicios cardiovasculares puedan tener efecto en algo tan grande y variado como el estrés? ¿De qué forma esto puede tener conexión? y de ser así ¿Cómo seria posible relacionarlo con la escalada?
En la próxima columna profundizaremos en esto, responderemos las preguntas y daremos algunas recomendaciones para manejar y controlar esto.
Sebastián Cabrera (practicante).
Mg. Ps. Sergio Miranda C.
Entrenamiento Mental.
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