La primera vez que escuché sobre las Torres del Trango fue hace 13 años leyendo «Una vida en la vertical» de Wolfgang Gullich, quien junto a Kurt Albert, Milan Sykora y Christoph Stiegler abrieron la ruta «Eternal Flame» en la Torre Sin Nombre 6.286 msnm en el año 1976 describiéndola como uno de los mayores desafíos y una de las escaladas más difíciles y alucinantes en sus vidas…
Algo que nunca me habría imaginado es que visitaría Pakistán por segundo año consecutivo y a escalar en estas increíbles paredes, pero son las sorpresas de la vida y esta vez junto a
@niconegrodelcajon@diegosaezberos y
@sebarojasschmidt nos embarcamos para ir a vivir este sueño…Las oportunidades en la vida son únicas y esta vez no la íbamos a dejar pasar…con los cabros ya estamos encomendados…
Agradecer a todos los que hacen esta expedición posible en especial a nuestras familias y amigos
Gracias
@marmotchile por todos los recursos para este viaje y a mi
@ignacia_vials por apañarme en todas mis locuras.
De esta manera Diego Señoret graficaba en sus redes el significado de la vía y de este proyecto para los 4 titanes que se montaron sobre la emblemática vía.
Eternal Flame es una de las vías mas hermosas del mundo, pero también una de las mas difíciles, con pasadas de 8a sobre los 6000 metros de altitud, lo que no solo exige una solida escalada sino que también unos pulmones de sherpa. La mítica ruta abierta por los legendarios Wolfgang Gullich y Kurt Albert en 1989, ha sido un icono de la escalada alpina y asediada por grandes cordadas entre las que se encuentran los hermanos Pou el 2006 (sin lograr liberarla) y quienes finalmente lograron «resolver el puzzle» fueron los hermanos Huber, el 12 de octubre del 2009, quienes luego de 4 días de intensa escalada logran resolver todos los 24 largos de la vía ubicada en el Karakuorum, Pakistan. De esta forma se cerraba el circulo abierto muchos años antes por el padre del “rokpunkt” , Kurt Albert y el creador del campus board y uno de los mas legendarios escaladores de todos los tiempos y primer encadenador de Acción directa 9a: Wolfgang Gullich.
A continuación les dejamos un relato del espectacular pegue de los nacionales enviado por el Atleta TNF Sebastian Rojas.
Todo este viaje nace con un sueño en particular: La Torre del Trango (o Torre Sin Nombre). Hace muchos años que los miembros de este grupo se están dedicando al ascenso de grandes paredes de granito como una real adicción. Nicolas Gutierrez- Atleta Volkanica- , Sebastián Rojas- Atleta The North Face- y Diego Señoret – Atleta Marmot- tienen un amplio repertorio de grandes paredes escaladas. Teniendo como su gran escuela el Cajón del Maipo, Cochamó y la inigualable Patagonia, se han dedicado por muchos años a perseguir este tipo de paredes de miles metros como una misión de vida. Una de las grandes razones de esto ha sido el fanatismo por subir metros y metros de escalada para conseguir una cumbre y la vital energía que se encuentra en estos inhóspitos lugares de la tierra. Es en estos lugares donde estos personajes han encontrado una gran satisfacción personal comparada a cuando un empresario cierra un gran negocio o cuando un pintor logra su obra máxima. Es una razón y una motivación de vida, algo que da sentido a la existencia, una conexión con el más allá de lo tangible.
Esta vez, junto a Diego Saez, recurso humano fundamental en esta expedición, se han decidido ir a dar todo y sacrificar muchas cosas personales por ir a cumplir el anhelado sueño de la Torre del Trango 6.286 msnm. Esta Torre se cruzó en el camino de estos escaladores hace muchos años, en distintos momentos y de distintas maneras, pero sin duda que a su debido tiempo en cada uno de ellos produjo un compromiso que algún día tendría que llegar a cumplirse.
Al llegar a campo base, la impresión de esta torre fue muy grande para todos. Todo lo que habían escuchado por años estaba frente a sus ojos. Sin dudas el primer obstáculo era el cruce del gran canalón que hay que atravesar por kilómetros y horas para llegar a la base de la pared. Con el correr de la expedición los miembros de este grupo se dieron cuenta que los peligros objetivos de este canalón eran muy grandes. Constantes caídas de seracs, caídas de piedras por los deshielos de los calores de Julio y la gran acumulación de nieve después de un invierno muy cargado nos intimidaron mucho y nos dejaron claro que cada vez que se cruzara este tramo habría que tener mucha suerte, estar encomendados, hacer todos los cálculos y estar muy atentos.
El team con el equipo listo y todas las ganas para mandarle a fierro a la vía. Foto:Diego Saez
El domingo 14 de Julio a las 1:45 de la mañana sonaron los despertadores. La misión estaba clara asique ningún miembro del grupo dudo en levantarse de inmediato a diferencia de los anteriores compromisos donde el sueño relegaba la hora de salida por minutos, horas e incluso días. Las mochilas y los equipo estaban listos, el hambre por concretar este proyecto eran traducidos en determinación. Salimos como a las 2:30 de la mañana cuando el canalón se encuentra en su momento más pacífico. Una vez más caminar con paciencia, con un paso de largo aliento, guardando energías. La misión era larga. Al cabo de 3 horas ya un poco más aclimatados llegamos al sector donde habíamos dejado nuestro vivac con carpa, equipamiento y comida en nuestro pegue anterior a la Little Trango. Esto ubicado a unos 5.020 msnm. Ahí decidimos parar a hidratar y a tomar desayuno, reordenamos las mochilas para llevar 3 en vez de 4. La estrategia seria ir en una cordada de 4, estábamos juntos a muerte: o todos llegaban o todos quedaban en el camino, Sin dudas esta unión ha hecho la fuerza en esta expedición.
El reflejo de las imponentes montañas sobre el lago Trango. Foto: Diego Saez
Como a las 7 de la mañana salimos hacia el col donde empieza la ruta eslovena. Esta ruta recorre 10 largos para llegar a la Sun Terrace, una gran terraza que se encuentra en un hombro de la Torre del Trango. Podríamos haber escogido la ruta Eternal Flame desde el inicio de la pared pero los primeros 10 largos originales recorren terreno bastante suelto y mala calidad, se sabe que son largos muy podridos y peligrosos y para nosotros la seguridad siempre es lo primero. El comienzo de la ruta eslovena nos dejó claro que no es una vía fluida ni de fisuras perfectas. Largos con algunas cuerdas fijas en pequeños tramos y en dudoso estado, escalada artificial y seracs de nieve sobre nosotros nos pusieron alerta de inmediato, había que pasar rápido. Partió Nico Gutiérrez en los primeros largos demostrando toda su experiencia en largos de artificial. Las mochilas pesadísimas y jumar para los que iban de segundo. Largos mojados y discontinuos, en definitiva la escuela psycho(saico) de los eslovenos que los define así en su historial de ascensos.
Nicolas Gutierrez abriendo el largo 3 con toda la «pirotecnia» disponible. Foto: Diego Saez
Luego siguió Seba Rojas en unos largos de mixto que le dieron alto trabajo para llegar a la parte alta de este primer día. Los últimos largos los hizo Diego Señoret, encontrando largos más secos y tumbados con fisuras de calidad. El ultimo largo que le tocó fue del terror: dos run outs con caídas de más de 20 metros donde tuvo que sacar toda su personalidad para superarlos y evitar un gran accidente, sin dudas que los equipadores eran escaladores que exponían alto riesgo en sus expediciones, nada menos que la escuela eslovena.
Finalmente entrada la tarde llegamos a la Sun Terrace a 5.548 msnm como a las 5:30pm muy agotados por el esfuerzo de una jornada larguísima. Frente a nosotros la vertical Torre Sin Nombre y los 24 largos que aún nos restaban de esta pared dorada de granito milenario. La historia de Gullich y Albert frente nosotros y la ruta Eternal Flame nuestro gran desafío. Como parte de nuestra estrategia, decidimos darnos descanso al día siguiente después de una jornada de 15 horas non stop. Para nosotros asegurar la cumbre era muy importante. Al día siguiente nos dedicamos a hidratar y alimentarnos bien, la verdad es que estábamos cansados de la jornada anterior. Después de almuerzo decidimos ir a fijar los primeros 3 largos de la ruta Eternal Flame para ahorrarnos tiempo al día siguiente donde pretendíamos dar un push directo a cumbre. El primero lo hizo Seba Rojas un largo fácil 5.4 para llegar a una terraza, luego fue Nico Gutierrez en un técnico 11.d que le tomó tiempo y el tercero lo hizo Diego Señoret; una travesía de 12.a con un paso de placa algo run out llegando a una reunión donde empezaba una sección de fisuras perfectas.
Diego Señoret preparandose para comenzar un largo de «thriller». Foto: Diego Saez
Con esto, la estrategia era salir temprano por las cuerdas fijas y empezar el ataque. A las 3 de la mañana nos empezamos a montar por las cuerdas fijas hasta llegar a la reunión del largo 3. Seba Rojas fue el primero en ponerse a escalar. Primero un 11a y luego un 10c. La verdad es que a esa hora la temperatura era para congelarse. Pensar en sacarse las botas para ponerse zapatillas de escalada y sacarse los guantes para meter las manos en las fisuras no era para cualquier humano, era extremo. Sebita fue como un guerrero pero le tomo tiempo y mucha energía, constantemente tenía que parar a revivir sus dedos de manos y pies. Los que estábamos abajo, con todas las chaquetas puestas y aun así tiritando esperando que Seba terminara y pudiéramos seguir. Al cabo de hacer estos largos Seba pidió urgente sus botas, ya no sentía sus dedos.
Seba Rojas en la reunión del L4. Las bajas temperaturas fueron uno de los grandes desafíos a los que se enfrentaron los destacados escaladores nacionales. Foto: Diego Saez
Los dos siguientes largos los hizo Nico Gutierrez un 11a y un 11d. El frío seguía incesante y extremo y recién cuando Nico terminó su primer largo nos empezó a llegar el sol, una salvación tremenda para lo que estábamos viviendo. Desafortunadamente el anclaje donde quedó estaba en la sombra y continuó el sufrimiento. El largo de 11d que le tocó a Nico era extremadamente técnico y prácticamente de escalada artificial con fisuras bastante abiertas y difícil de proteger. El frío no lo tenía nada cómodo y le tomó cerca de 2 horas en un largo de casi 60 metros. Después de esto siguió Diego Señoret en un largo de 11a de travesía con lajones bastante descompuesto seguido por una trepa de 5.4. Luego de esto vino un momento algo critico en la cordada dado que no estaba 100% claro por donde seguía la línea y claramente la cordada se había demorado mucho más de lo esperado ese día producto de las condiciones frías y la dificultad de la escalada, las opciones se veían bastante jugadas en los largos que teníamos encima. Fue Diego Señoret con su fuerza interior que tomó la decisión de seguir por donde su instinto le cantó más claro e hizo dos largos de 12d en uno conectando con una escalera de bolts que le habían dejado el viejo Kurt y el viejo Wolfgang para volver a alentar a la cordada que se vió por momentos en una nube de confusión dado que ya sabían que ese día no se llegaría a cumbre. Vamos como sea!!!
Diego comenzando a trepar, con la gran torre como telón de fondo. Foto: Diego Saez
Después de conectar estos largos siguió Seba Rojas por una fisura perfecta de manos y luego conectando una chimenea de hielo que nos condujo a una gran terraza donde ya la tarde se dejó caer y habría que tomar decisiones sobre qué hacer: seguir escalando toda la noche o tomar un descanso sin carpa ni sacos de dormir en una terraza de nieve. Cuando nos juntamos en la terraza, Nico Gutierrez se impulsó con su gran fortaleza cajonina y se ofreció para fijar los dos siguientes largos 11b y 12.a que estaban por encima de la terraza en la que estábamos. Al cabo de un par de horas y con las últimas luces del día Nico termino de fijar esos dos largos. Habíamos agotado bastante energía ese día y lo que nos pareció más correcto era descansar y salir con las primeras luces del día siguiente por los últimos 12 largos que nos quedaban para llegar a la preciada cumbre. Lo que no sabíamos era que estábamos por vivir una de las noches más frías de nuestras vidas. Al momento en que Diego Señoret aseguraba a Nico Gutierrez en los últimos dos largos ese día, Diego Saez y Seba Rojas se dedicaron a formar una terraza en la nieve y a hacer agua para el equipo. Esa terraza seria nuestro refugio pensado para esa noche. Cuando nos dispusimos a descansar con todo el equipo en ese lugar vivimos un momento épico: un atardecer de los sueños; por un lado se escondía el sol y por el otro salía la luna llena, frente a nosotros las montañas más altas de Pakistán y unas de las más altas del mundo, el K2, Broad Peak, G1, G2, G4, Muztagh Tower, Chogolisa, Great Trango Tower, Uli Biaho, Paju Peak, Masherbrum y todo un circulo de montañas espectaculares, no lo podíamos creer, un sentimiento muy especial.
Seba Rojas en la cumbre de la Trango, con el K2 de fondo. Foto: Diego Saez.
Por otro lado, el frío paralizante se empezaba a sentir. Estar sentados en esa terraza nos duró sólo minutos. Al cabo de un rato nos empezábamos a parar buscando movimiento, saltos, patadas, bailes y lo que fuera necesario para moverse y disminuir el frio que nos empezaba a congelar. La noche se venía muy larga y sería una prueba de fuego para ver si seríamos capaces de alcanzar la cumbre o no. Al paso de algunas horas en esa dinámica nos decidimos hacer una cueva en la nieve para ver si eso nos podría proteger un poco más del frio y de las brisas de viento que se dejaban aparecer aumentado aún más el frio insoportable a casi 6.000 metros. Esto nos dio un golpe de energía ya que cavar la cueva nos daba movimiento y calor, ¡que pase el tiempo! En un par de horas teníamos nuestra cueva y nuestra esperanza era meternos todos y tener más calor humano. Nos metimos ahí dentro una y otra vez cambiando lugares y posiciones, el frío no te dejaba dormir!! Al rato salíamos a patear ya que los dedos de manos y pies empezaban a dormirse, otros se sacaban las botas y se masajeaban los dedos, nos abrazamos entre nosotros, y hacíamos todo lo posible por amilanar el frio, fue una noche durísima, no hubo energía para poder dormir. Así la noche entera desde las 8pm. Como a las 4:30 de la mañana empezó a aclarar con las temperaturas más bajas registradas.
Los cabros en el Vivac preparándose para una congeladisima noche «con lo puesto» por sobre los 5000 metros . Foto: Diego Saez
Fue un duro amanecer donde lo único que pensábamos era en la salida del sol, que demoró en salir. Para nuestra mala fortuna la terraza donde estábamos ubicados no recibía sol hasta como las 6:30 am. Cuando por fin nos llegó la luz de vida nos tuvimos que quedar como una hora recibiendo el calor que habíamos perdido. Las energías estaban bajas pero nuestra luz de esperanza ya estaba con nosotros, ahora había que tomar nuestras fuerzas y seguir el camino hacia nuestro sueño máximo, la cumbre. Como a las 8 de la mañana Diego Señoret se montó por las cuerdas fijas para liderar los próximos dos largos un 10d de chapas run out y luego el largo crux de la ruta un 13.a de finos dedos que escalaria en artificial lo más rápido posible para no perder más tiempo hacia la cumbre. Los dos siguientes largos los hizo Seba Rojas un 12.d de artificial muy difícil de proteger donde se pegó un pequeño vuelo y luego un 11c de alta calidad de fisura de manos, verticalidad máxima. Luego vino Nico Gutiérrez con un 11d también de alta calidad de fisura de manos. Cuando terminó ese largo miramos el topo y nos dimos cuenta que nos quedaban solo largos de mixto de menor dificultad que todo el resto de la ruta, estábamos muy cerca!!
Al siguiente largo fue Diego Señoret en unos mixtos metiéndose en la última parte de la pared donde la altura y el esfuerzo de los 3 días anteriores se empezaron a sentir. Fue ahí cuando Seba Rojas ofreció su energía para ir por los últimos largos de 5.7 y 5.5 de nieve y mixto, nada regalado a todo esto.
Diego Señoret atleta Marmot en la reunión preparando el equipo y la mente para lo que se venia. Foto: Diego Saez
Finalmente como a las 4.30 pm del día miércoles 17 de Julio Seba Rojas llego a la cumbre donde aseguró a Nico Gutierrez y Diego Señoret que reventaron en emoción cuando llegaron a cumbre, lágrimas y felicidad para la cordada que lo había dado todo, más atrás venia el gran Diego Saez, que nunca antes se había embarcado en un aventura de pared así de extrema y quien sin duda fue un tremendo aporte para la cordada. Nos juntamos en la cumbre y la felicidad de la cordada era máxima, una vista espectacular de todos los montañones del Karakorum alrededor, una energía que deslizaba emociones y sentimientos únicos después de un esfuerzo tremendo, nuestro sueño estaba cumplido y nuestras risas se dejaron caer a 6.286 msnm, no había sido fácil. Vamos cabros!!!!
Después de estar como una hora en la cumbre comenzó nuestro descenso por la pared hasta la Sun Terrace a la cual llegamos después de unas 5 horas de rapel nocturno para llegar exhaustos y muy deshidratados a ocupar las ultimas gotas de gas para derretir un poco de nieve y luego desplomarse en los sacos de dormir, una noche soñada después del frio extremo de la noche anterior. Al día siguiente, deshechos por el esfuerzo y la deshidratación comenzamos la bajada de los últimos 10 rapeles los cuales abrió Nico Gutiérrez con toda su experiencia mientras estábamos todos muy cansados y sin agua. Finalmente llegamos al canalón de la muerte entrada la tarde. Una vez más, el canalón no se iba a mostrar pacífico y nos dejó ver 2 avalanchas gigantescas de piedras justo antes de meternos en él, dejándonos claro que lo más arriesgado del pegue aun nos esperaba. Llegamos al lugar donde estaba nuestro vivac a buscar nuestras cosas que habíamos dejado ahí. Nos hidratamos todo lo que pudimos con el agua que corría hacia abajo del canalón producto del calor del sol de ese dia y nos encomendamos a nuestros seres que nos cuidan desde arriba para que nos protegieran en este último tramo sin avalanchas. Fue un momento intenso de expectativas, una hora bajando lo más rápido posible con los dedos cruzados y finalmente llegamos a campo base sin novedades donde nos esperaban Esan Alí, nuestro ayudante de cocina y Hussein nuestro cocinero con jugo y comida de lujo para celebrar lo que para nosotros fue una tremenda hazaña entre hermanos, hermanos que hemos sido unidos en esta vida por el amor a las montañas.