Yoga para escaladores: Para acabar el año con equilibrio
Poco a poco me he ido dando cuenta de lo importante que es el equilibrio en la escalada: Lo necesitamos no sólo para hacer placa, sino también para mantener el control de nuestros movimientos en algún paso complicado y para relajar nuestro cuerpo cuando no contamos con los mejores pies o manos.
El yoga nos puede ayudar a trabajar el equilibrio, que muchas veces es complicado de ejercitar. En todas las posturas que vienen a continuación, es necesario llevar una respiración constante, respirando siempre por la nariz y tratando de que inhalación y exhalación tengan una duración similar. También debemos contraer nuestro estómago, mantener recta nuestra espalda, nuestros hombros relajados y fijar nuestra vista en un punto fijo. Primero nos relajamos y después, lentamente, llevamos nuestro cuerpo a la asana (postura).
Águila (primera foto)
Partimos de pie, relajamos nuestra respiración y fijamos nuestra vista. Lentamente vamos flechando las rodillas y llevamos nuestras manos al pecho, entrelazándolas. Subimos una de nuestras piernas sobre la otra para que nuestro pie haga presión en la pantorrilla contraria. Mantenemos la posición por un minuto y repetimos con la pierna/mano contraria.
Vasisthasana (variación de plancha)
Aquí si es necesario calmar nuestro cuerpo para resistir la postura. Partimos en posición de plancha con nuestros brazos estirados y lentamente giramos a un lado, despegando una mano. Con cuidado, levantamos uno de nuestros pies (si no eres lo suficientemente flexible, puedes quedarte en este punto) y lo tomamos con nuestra mano libre, estirándolo hacia arriba.
Bote
Partimos acostados, levantamos nuestro tronco y nuestras piernas a la vez y lentamente flectamos nuestras rodillas para tomar nuestros pies con nuestras manos. Mantenemos recta nuestra espalda y estiramos nuestras rodillas (ojalá completamente). Esta posición de balanceo requiere nuestra atención centrada en la respiración y en relajar nuestra espalda y hombros. Mantenemos la postura por 30 segundos y bajamos lentamente nuestro tronco y piernas. Si te es muy fácil, puedes soltar tus pies y tratar de mantener las piernas en la misma posición, con los brazos estirados a la altura de tus hombros.
Si bien no vemos estas posiciones en la escalada, nos servirán para trabajar en el core para desarrollar un mejor equilibrio en la ruta. Puedes incluso incluirlas en tu rutina de estiramientos después de la escalada, con cuidado y respetando tus límites. ¿Quién sabe? Puede ser que ahora sí salga esa placa que tienes en mente.
Maria José Veropalumbo
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