Mejora tu escalada a través de la técnica

Para aprender una nuevas técnicas hace falta una progresión por las 3 fases de aprendizaje motor antes de ser capaz de utilizar esa técnica de forma eficiente e intuitiva. Dependiendo de la dificultad de la técnica, este proceso puede ser lento, confuso y frustrante. por tanto, la disciplina y un convencimiento profundo de que llegarás a ser bueno en esa técnica son fundamentales para el proceso de aprender técnicas difíciles. No debes intentar atajar el proceso o evitar aprenderlo confiando en tus habilidades en otras áreas.

Por desgracia, muchos escaladores hacen exactamente esto cuando se bloquean, se cuelgan o maldicen durante una secuencia que podrían resolver más eficazmente con un nuevo movimiento, técnica o posición corporal. Otro ejemplo se da cuando un sólido escalador de placa intenta escalar en fisuras por primera vez. La tendencia común es evitar los temibles y doloroses empotramientos, y atacar la pared por alguno de los 2 lados de la fisura. Normalmente, los escaladores se caen agotados y aseguran que la vía es mucho más difícil de lo que marca su grado, ya que no están utilizando la técnica necesaria par escalar esa vía con eficacia.

La moraleja de la historia es que debes convencerte a ti mismo de que no importa lo difícil que parezca al principio un movimiento nuevo, te resultará más fácil (y quizás incluso intuitivo) después de mucha práctica. Además, ten presente que llegarás a ser más competente en una nueva técnica si la practicas en el mayor número posible de rocas distintas, ángulos y terrenos. Así que en el ejemplo anterior de escalada en fisuras, tendrás que practicar en fisuras de todos los tamaños, profundidades y longitudes, así como en tantos tipos de rocas e inclinaciones como te sea posible. Seguramente, escalar una fisura de manos paralela en arenisca resbaladiza será muy diferente a empotrar en una fisura de granito abrasivo que presenta tamaños variables. Esta diferencia de percepción demuestra que hacen falta patrones diferentes para escalar vías similares. Por tanto, para actuar de forma óptima en ambos escenarios hace falta practicar previamente en ambos tipos de fisura.

Otro principio importante establece que el aprendizaje se vuelve lento y difícil en estados de fatiga, miedo y ansiedad, mientras que un enfoque fresco, relajado y confiado contribuye a la rápida adquisición de la nueva técnica. Por tanto, es mejor practicar nuevas técnicas (y desarrollar patrones sólidos) al comienzo de tus sesiones de entrenamiento y escalar de segundo cuando ensayes vías muy difíciles. Ambas aproximaciones te permitirán aprender más rápidamente.

A pesar de esto, no hay una sola forma de entrenar mejor o practicar para ningún tipo particular de escalada. Cuando la gente aprende una técnica nueva, incluso cuando los bebés aprenden a caminar, el cerebro crea numerosa soluciones diferentes. De estas soluciones que se intentan, las que tiene éxito se retienen mientras que la fracasan de descartan. Este proceso está constantemente en funcionamiento cuando estás aprendiendo un movimiento nuevo o intentas un tipo de vía poco familiar o difícil.

Además, dentro del proceso de aprendizaje se inventan con frecuencias soluciones originales y creativas a los problemas, que pueden después ser repetidas y aprendidas por otros. Anteriormente, los movimientos específicos como el taloneo , el yaniro o la bicicleta simplemente no existían hasta que alguien -o quizás muchas personas- los creó en el curso de su aprendizaje, y ahora estos movimientos son comunes. La conclusión es que los requisitos previos más importantes para llegar a ser un buen escalador son una mente abierta, curiosidad y la voluntad de aprender nuevas técnicas sin tener en cuenta lo poco atractivas o temibles que parezcan.

Según la ley de la práctica, la actuación mejora rápidamente desde un nivel básico cuando la actividad se practica por primera vez y continua mejorando a un ritmo lentamente decreciente según se va aproximando al nivel máximo de capacidad personal. Para aprender y ser hábil con una tarea simple, como conducir un coche, solo hacen falta unas cuantas semanas. Más allá de esto, las miles de horas que pasas conduciendo el resto de tu vida solo te aportarán un pequeña mejoría.

La curva de aprendizaje para actividades complejas como escalar también crece rápidamente como resultado de las sesiones iniciales de práctica. sin embargo, debido a la gran complejidad y el amplio rango de técnicas inherentes a este deporte, puedes continuar mejorando durante años e incluso décadas.

Puedes aumentar el ritmo de tu progresión en un estilo específico de escalada centrandote en practicar y entrenar exclusivamente en ese campo. Cada vez es más común observar escaladores que progresan rápidamente hasta un nivel muy alto en un tipo específico de escalada (digamos, por ejemplo, en competición de boulder o en vías terriblemente desplomadas). Como estas 2 habilidades precisan sólo un número relativamente reducido de técnicas de la escalada, es posible centrar tu práctica en desarrollar el limitado número de patrones necesario para perfeccionarse en ese terreno. La contrapartida, evidentemente, es que lo limitado de tus patrones hará que escalar en cualquier otro tipo de vías te resulte muy difícil o incluso imposible.

La conclusión: LLegar a ser un escalador competente en todo tipo de roca es un proyecto a largo plazo. desarrollar un amplio rango de patrones te llevará al menos entre 5 y 10 años de escalada en muchas zonas diferentes, y todavía puedes seguir mejorando tus habilidades incluso después de 20 o 30 años en este deporte. Por consiguiente, el enfoque más inteligente para entrenar sería enfatizar el aprendizaje de la técnica en vez de ponerte muy fuerte durante los primeros años que practiques el deporte, incluso pasados estos años. Si esperas convertirte en un “mono” de las rocas, prepárate para invertir muchos años de dedicación y esfuerzo para llegar a ser bueno en todo tipo de escaladas.

Fuente: Eric J. Horst, Liberia Desnivel