Escalada en Aysen, un lugar de otro planeta
Nos motivamos, investigamos y planificamos. Diego, Pato y quien escribe sabíamos que el 4 de enero partía nuestra aventura vertical.
El plan era escalar en la mayor cantidad de sectores de la Región de Aysén (XI Región de Chile). Ansiosos esperábamos encontrarnos con el asombroso universo de la escalada aysenina. Basalto en Cerro Mackay, Conglomerado en Ensenada, Caliza en Muralla China, por mencionar algunas. Sectores para monolargos y multilargos, deportiva y tradicional. El paraíso para practicar, practicar y practicar. Y así resultó. Escalamos tanto y en tantos lugares que además de terminar con las yemas bien gastadas, pudimos conocer y vivenciar en nuestra temporal visita el fenómeno socio-cultural que experimenta la escalada en Aysén.
Encontrar información sobre dónde escalar resultó tarea sencilla. Varias páginas en Facebook como “chile chico vertical”, “equipando el mackay”, “club de escalada de aysén” o “cerro águila Patagonia”, las webs “chileclimbers”, “guiaescaladachile” y “rocanbolt” ofrecen topos de los sectores de escalada. Y en particular Villa Cerro Castillo (ubicado a x km de Coyhaique) persuadía con sus sectores tras la realización del primer roc´fest en dicho lugar en marzo del 2017.
Referencias para definir un itinerario teníamos bastantes. Pero no fue hasta llegar a Coyhaique, compartir con amigos escaladores locales y sentir el viento austral, que nos dimos cuenta a dónde habíamos llegado realmente. Aquellas fotos, videos y topos de atractivas paredes comenzaron a tomar forma. Lo que imaginábamos que íbamos a hacer obtuvo cuerpo y empezamos a escalar. Los días eran largos y era ley que si no llovía se escalaba.
Desde nuestro primer día en Aysén tuvimos la suerte de llegar a casa de amigos escaladores. Afortunados no sólo por llegar a un cálido hogar, sino además porque a través de sus relatos pudimos poco a poco comprender y relacionarnos con cómo se vive la escalada en las cercanías a Coyhaique. También nos compartieron la inquietud presente; el aumento de escaladores y escaladoras visitantes que se proyectaban para esta temporada. Nosotros éramos parte de los muchos que estábamos llegando el pasado verano a escalar y comprendíamos su preocupación. Comentamos además un documento publicado en diciembre del 2017 titulado “Código de ética escaladores Patagonia Chilena”. Este, en sencillos 16 consejos, busca fortalecer una relación integral con el entorno tanto natural como social en la región.
En Aysén, como en muchos otros lugares en Chile, los sectores de escalada se encuentran -o es posible aproximarse a ellos- por terrenos privados. Afortunadamente y hasta el momento, varios sectores tienen “luz verde” para el acceso. Acuerdos logrados gracias a un vínculo cercano, de confianza y respeto con los propietarios. Relación que eventualmente podría verse afectada por quienes, sin mala intención, desconozcan los tratos locales que existen, generando un no deseado quiebre en estos vínculos formados por la comunidad escaladora habitante de Aysén.
La comunidad local y la de escalador@s se entrecruzan y en esta trama social además aparecemos como terceros involucrados los escaladores afuerinos. Quienes vamos en busca del encanto de escalar en Patagonia, sin necesidad de ir a las lejanías de Paine o El Chaltén. Parte de la escalada en estas latitudes del sur sur conforma la cultura local. No sólo se visitan paisajes naturales sino también un paisaje social.
Como todo territorio, Aysén posee un carácter socio-cultural, con una identidad marcada por gauchos, colonos y habitantes aislados. Por paisajes sublimes e inspiradores. Por una ruta llamada “carretera austral» admirada tanto por chilen@s y extranjer@s. Viajeros de mochila, en bicicleta y motorizados, visitamos año tras año este clásico destino. Y actualmente se proyecta como un destino para los apasionados de la verticalidad. Un lugar de alta calidad, diversidad y alto potencial que merece un respetuoso cuidado.
Por dicha razón y muy conscientes de lo que está ocurriendo, la comunidad escaladora local realizó a fines de abril del presente año un encuentro llamado Primera cumbre de escalada Región de Aysén con el objetivo de “Construir colaborativamente, junto a todos los actores vinculados a la disciplina, una mirada sustentable del desarrollo de la escalada en la región”.
La discusión se desarrolló entorno a los temas de “acceso y medio ambiente, ética de equipamiento, implicancias legales, manejo de riesgos, aproximación de la escalada a la comunidad, entre otras.” Y se proyecta una comunidad escaladora organizada respecto a los puntos mencionados anteriormente.
La escalada aysenina no es ajena al lugar dónde se ha gestado y continúa en desarrollo. Y así mismo la comunidad local poco a poco se ha acercado a la práctica de escalar en roca.
Al escalar en Villa Cerro Castillo probablemente conocerás a la Sra. Chabela y a Don Renato. Esto, porque precisamente el muy visitado sector “La Chabela” es el campo de este matrimonio: un gran paredón de roca equipada con 43 vías.
La Sra. Chabela y Don Renato se han maravillado con el deporte vertical. Escalando en este sector te das cuenta del vínculo formado entre comunidad local y escaladores. Es cosa de escuchar a Don Renato hablando sobre los grados de las vías o a la Sra. Chabela contando su experiencia de cuando escaló. Y una que se enamora de su vida sencilla, de sus tierras de increíbles vistas, y de sus mermeladas de frutos silvestres. El vínculo y encanto es mutuo. Vínculos como este toman tiempo, dedicación y mucha empatía.
Entre mates y tortas fritas la Sra. Chabela y Don Renato cuentan cómo se han vinculado con la disciplina y con quienes la practicamos. Recibiendo temporada tras temporada más escaladores tanto de la región de Aysén como de otras regiones de Chile y extranjeros.
Si uno se enamora de la Patagonia, por qué no buscar también uno conquistarla, más que con ascensos, también encantando a su gente. Involucremos nuestras realidades, atentos a las diferencias y buscando el desarrollo de una armónica convivencia.
Fue en este contexto que se desarrolló nuestro viaje de escalada. Desde el primer día hasta el último que estuvimos en Aysén, escalando y compartiendo con la comunidad local, nos sentimos involucrados y responsables de respetar por sentido y no por obligación lo que ahí acontece.