Neuroplasticidad: Desarrolla el potencial de tu cerebro
Muchos crecimos con el viejo paradigma de que desde que nacemos vamos perdiendo neuronas, que hay un número limitado de estas y con la edad, el alcohol, drogas, trasnoche, hipoxia, y bueno, casi cualquier cosa, las vamos matando. Hoy la ciencia ha avanzado y las líneas anteriores, no son tan así; si, vamos matando y perdiendo estas células, pero también vamos generando nuevas -aunque a una tasa baja, lenta-. También podemos ir realizando nuevas conexiones durante toda la vida: podemos aprender y perfeccionar nuestro conocimiento de todo tipo. No nacemos -ni tenemos- un cerebro con prestaciones limitadas. Niños, jóvenes, adultos, abuelos, tenemos la capacidad de la regeneración cerebral, esto es la: PLASTICIDAD NEURONAL (que es la capacidad del cerebro de aumentar o disminuir el número de ramificaciones neuronales y de sinapsis -unión entre neuronas, a partir de un estímulo.
Otra perspectiva de ver las cosas nos dan los nuevos estudios de neuroplasticidad
Lo que resulta clave no es la capacidad de almacenar contenido, sino las conexiones neuronales que vayamos estableciendo. Y en esto, las posibilidades son prácticamente ilimitadas. La genética es responsable de una parte de la configuración de las redes de aprendizajes (redes hebbianas), un 10%, la gran parte (90%) tiene que ver con las experiencias y los conocimientos que impactan creando, remodelando o suprimiendo estas redes.
Cada pasoo movimiento nuevo que aprendemos va generando nuevas conexiones. Aprender un instrumento muscical u meditar tambien ayuda a generar nuevas conexiones entre otras actividades.
Aventúrate a realizar actividades que te den incertidumbre (falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo; no saber qué va a pasar): al cerebro le llaman la atención las sorpresas, por lo que hacer actividades distintas a lo que hacemos siempre genera nuevas redes neuronales. Por lo que quitar certezas o eliminar nuestras limitantes ayuda a desarrollar la potencialidad de nuestro querido cerebro. Jugar, la relación entre no saber qué va apasar y el disfrute con emociones fuertes puede incluso ser adictivo. El cambio es un acelerador de nuestras emociones humanas, y eso nos gusta. Cambiar el camino por el que volvemos a casa, escribir un texto con nuestra mano contraria, ejecutar acciones al revés de lo normal, hacer nudos o lavar los platos con los ojos vendados, etc.
Jugar es sin duda una de las actividades que desarrolla y cambia nuestro cerebro
Ayuno intermitente + buena alimentación: con el ayuno logramos utilizar nuestras reservas, al tiempo que reducimos el aporte calórico utilizando nuestra mayor fuente de energía, la grasa. Al igual que una vez al año cambiamos el aceite del auto, se recomienda hacer una “limpieza” de grasa de nuestro cuerpo: fuera de muchos beneficios, el cerebro secreta grelina, químico estimulante de la memoria. Este ayuno promueve la segregación de neurotrofinas, claves en la neurogenesis ya que ayudan a la supervivencia de las neuronas.
Visualiza sueña despierto: al dormir generamos un químico que limpia el cerebro y lo prepara para aprender cosas nuevas, la adenosina. Sabemos que, al visualizar, imaginar, soñar despiertos, el cerebro entra en un modo de simulación experimental. No diferencia entre realidad y ficción, por lo que esto nos prepara para hacer frente a la realidad (esto es lo que trabaje en mi última investigación en escalada deportiva). Esta “repetición- ficción” nos ayudaría a la mielinización, y así potencias nuestros enlaces neuronales (aprender cosas nuevas, solidificar aprendizajes).
Enfréntate a nuevos desafíos: “Parece que no es suficiente solo con hacer algo, es importante hacer algo desconocido y mentalmente desafiante, y que proporcione una estimulación mental y social” (Denise Park, psicóloga científica, Universidad de Texas). Debemos salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en nuestra zona de aprendizaje, de desafío.
Cambia y modifica tus hábitos: nuestro cerebro es nuestro único órgano que no se desgasta con el uso y el entrenamiento, al contrario, crece y se fortalece; mientras más lo ejercitamos se optimiza. Un habito es un “programa automático”, tiene vida propia en nuestro cerebro. Transformar todos estos consejos en hábitos, hará que tu vida y tu rendimiento de 3 pasos hacia adelante.
¿Cómo creamos nuevos hábitos?
HABITO= Necesidad + Frecuencia + Conocimiento
El conocimiento está, las necesidades espero que también (por mejorar, por cambiar, por ser mejores), que tenemos que hacer es repetir, repetir y repetir; hasta que de repente y sin pensarlo, estos nuevos comportamientos formen parte de la vida.
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