TIPS PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO EN LA ESCALADA
Sigo explicando y explayando lo presentado en el 2° Simposio de las Ciencias de la Escalada. Hoy con los TIPS para mejorar u optimizar el rendimiento.
Autodiálogo positivo: el autodiálogo es todo aquello que nos vamos diciendo a nosotros mismos. Siempre lo he visto como una carta que me estoy escribiendo a mi (me alcanzaron a enseñar en el colegio a enviar cartas, creo que envíe un par a mi abuela y a una amiga en el extranjero… decir que el concepto de “escribir una carta” es distinto al actual mail -ni mencionar al whatsapp-, en su texto, estilo, emocionalidad, etc.), de lo que veo, pienso, siento, todo lo que va cruzando por mi mente… si, también esas ideas oscuras que mejor nadie sepa.
En la vida en general necesito que estos pensamientos sean positivos, constructivos. La verdad el que sean negativos no aporta nunca en nada. Algunos confunden/mezclan el pensamiento negativo con el crítico: este último es clave, en su momento. Pero que sea CONSTRUCTIVO. No me sirve poner a criticarme a mí mismo en el momento de tirar el penal en la final de un campeonato, o -lo que pasa mucho- autocriticarse (negativamente) frente a un boulder en pleno campeonato porque no me sale (pregúntate mejor ¿Que puedo mejorar?, ¿será necesario llegar a esa presa?, ¿Que otro movimiento podría hacer?).
Conocer, llegar a ser consciente de que/cuando me digo las cosas. Filtrar los malos tratos y lo negativo, transformarlo en elementos positivos- constructivos. Esto no es ser un chupa- medias con nosotros mismos, tampoco un narcisista, si no el animarnos, motivarnos, construir y solucionar los desafíos. Igual que en la vida, en el trabajo, en nuestras relaciones sociales.
Cómo?
1- Centrarse en un pensamiento: se comienza el proceso seleccionando el pensamiento, frase o diálogo interno que se necesita cambiar.
2- Detención del pensamiento: la interrupción del pensamiento se realiza utilizando una clave en especial”, por ejemplo la palabra “STOP”. Pueden utilizarse como claves otras palabras como “basta”, “para”, “detente” o acciones como mover los dedos o golpear alguna parte del propio cuerpo, tocar un collar o pulsera.
3- Reemplazo: Seguidamente se fija la atención en otro pensamiento neutral o contrario al eliminado. Si el pensamiento no deseable ha llegado ha constituirse en un patrón dominante de respuesta, es probable que vuelva a surgir, una y otra vez, durante la sesión. Lo que procede entonces, es repetir el desencadenante y provocar la detección, una y otra vez, las veces que haga falta.
Entrenar para entrenar, entrenar para competir: vi algunas caras de -¿qué está diciendo este gordo?-. Y antes de explayarme, pregunto ¿para qué entrenamos? Esto es lo primero, preguntarse el para qué o porque, cual es nuestra meta u objetivo, razones, motivos. Algunos entrenamos por que nos gusta, otros por salud, para socializar (hoy inclusive para buscar pareja o parejas, l@s muy picaflores), para mejorar o algunos para COMPETIR -y obviamente lograr un anhelado podio-.
Entrenar para que las sesiones de entrenamientos sean buenas, vayamos mejorando en estas, evolucionemos. Todo esto en los entrenamientos (y bueno, en la vida; las mejoras harán mella en nuestra autoestima y nos sentiremos mejor en un aspecto físico, lo que se transferirá a otros aspectos de la vida. ¿Y el rendimiento en competencia?
Entrenar para mejorar en las competencias es otra cosa. Distinta. Otros desafíos y variables. Podemos mejorar mucho durante los entrenamientos, aplicar los mejores programas, planificaciones de última generación. Comparativamente estar lejos de las mejores marcas de nuestros contrincantes y/o competencia… y así y todo -siendo los más/mejores-, no rendir. A muchos les cuesta comprender, pero ir a una instancia competitiva es perse un desafío gigante, pero esto la verdad depende mucho de la psiquis, de la preparación y herramientas mentales que se tengan. Variables como: el público, la exposición, el sentirse “comparado”, el valor objetivo/subjetivo que se le de al evento. Pensemos que pasó por nosotros al dar la PAA, PSU, SAT. La vida, el futuro, para algunos inclusive su familia, dependía de los resultados de esa prueba, de cómo sus ojos leyeran las preguntas y sus dedos marcaran en una hoja de papel los espacios correctos, en papel grafito N°2. De hacerlo mal… no había nada más, la desesperación, un pozo sin fondo, demonios y perros del infierno. ¿Alguien lo vio, lo vivió así? Bueno, MUCHOS deportistas se enfrentan a esto en cada torneo. Entonces: HAY QUE ENTRENAR LA INSTANCIA COMPETITIVA.
Hay atletas que en un evento así se desarman, bloquean. No pueden presentarse. Otros que crecen, se motivan, entran en la zona (Izof, la zona de rendimiento óptimo). En otras visones, jergas o teorías: fluyen (esa de Cskszentmihalyi). En los entrenamientos rinden poco, al competir hacen cosas impensadas.
Cómo?
Preparación y planificación del pre (que se va a hacer y cómo, semanas antes), la competencia y el post (regreso al entrenamiento, como se va a evaluar -HAY QUE EVALUAR-).
Focalización (de la atención), La atención consiste en focalizarse en algo, es estar pendiente en todo momento de aquellos elementos que pueden ayudar a mejorar el tiempo en una carrera y la mantención de ese proceso de focalización en el tiempo, es lo que se denomina concentración.
En términos generales existen 4 problemas característicos que presentan los deportistas a la hora de controlar y mantener su foco atencional:
-Atención a sucesos pasados: centrar la atención en hechos ocurridos, sobretodo cuando ese hecho es evaluado negativamente por el atleta. Ejemplo, en un corredor puede ser el no llevar el debido tiempo por kilómetro.
-Atención a sucesos futuros: se da generalmente al comenzar una competencia, cuando el corredor se centra en las posibles consecuencias del resultado y no en la ejecución que tiene que llevar a cabo.
-Atención a demasiadas señales: es una de las causas más usuales de distracción, más aún en competiciones largas como el Master de Boulder, y que requieren de un cierto nivel de atención hacia lo que se está realizando. En competencias cortas o en un incipiente escalador, se observa cuando va centrado en sus sensaciones, en el tiempo, en la música, en la ruta, en los otros escaladores (cuando se puede), etcétera.
-Excesivo análisis de la mecánica corporal: consiste en centrarse demasiado en la mecánica y los movimientos corporales. Esto no siempre tiene un carácter negativo, más aún, cuando se está aprendiendo una nueva destreza, sino que más bien, se plantea como una dificultad cuando esta situación interfiere con el rendimiento.
Cómo?
Estrategia Disociativa: utilizada por algunos deportistas cuando concentran la atención en elementos externos a ellos, para poder separar su mente del dolor y el agotamiento que le impulsan a abandonar.
Estrategia Asociativa: esta estrategia, contraria a la otra, consiste en dirigir la atención al dolor y demás signos de malestar físico y psíquico con el objeto de tener un autocontrol sobre todo lo que se va experimentando durante la instancia deportiva.
Entrenamiento Invisible: esto es todo lo que hacemos o no hacemos fuera de la “sesión”. Nosotros entrenamos 24/7, no paramos. Un deportista de verdad entrena mientras come, duerme y se va de vacaciones. Qué comemos, cuando, donde; cuanto y como descansamos (elemento clave de las elites de rendimiento humano: MUCHO DESCANSO; la calidad del sueño, que serie o película vemos, qué música escuchamos…). No sirve de nada una estructurada y sufrida sesión de entrenamiento, si luego como 2 hamburguesas en la tienda de los arcos dorados, me mando 3 piscolas con los amigos, fumo 5 cigarros y duermo 5 horas. Prefiero que no entrenes y omitas las otras actividades mencionadas; va a ser un mejor entrenamiento -sin entrenar- de este modo.
Dentro de esto está el que pensamos, cómo procesamos lo que nos pasa, nuestros afectos y emociones… son el alimento de un deportista tan o más importante como el levantar más peso o tener mas elongación. Pero no nos fijamos (y hago un mea culpa en este párrafo).
Creatividad, nuevas estrategias de entrenamiento. La creatividad en el deporte juega un papel primordial en todos los aspectos, desde el diseño de un entrenamiento, a la planificación de una temporada, el material deportivo que se utiliza y por supuesto en la ejecución del deporte en sí. Nada es posible sin aplicar creatividad a la actividad que realizamos y el deporte no es una excepción.
La creatividad a nivel de deporte se trabaja a diario, aplicando la flexibilidad necesaria en cada entrenamiento y la forma como esto se transfiere a nuestro cuerpo y nuestra mente es con estas tres percepciones que implican todo a nivel creativo:
El deportista debe conocer cuál es su forma habitual de actuar creativamente en su deporte. Puede que trabaje desde las ideas, la zona del PENSAR, lo que implica decidir el ¿QUÉ? vamos hacer. Esto puede aportar confianza y seguridad a la hora de realizar la jugada o la práctica deportiva, pero requiere agilidad y flexibilidad para transmitir esas instrucciones.
También se puede trabajar directamente en la realización, lo que nos lleva al ¿CÓMO? y de esta forma agilizamos el proceso, aunque trabajaremos directamente sobre la jugada o la acción deportiva que requiera nuestra disciplina, sin esa fase previa de pensar, tan solo con la experiencia de HACER y esto necesariamente tiene que aportar un grado alto de experiencia y herramientas.
Cómo?
Una buena forma de incrementar esa creatividad es practicar otros deportes diferentes al habitual, para experimentar diferentes opciones creativas de concebir el deporte. Es fácil encontrar a deportistas de élite de todas las especialidades, practicando otros deportes como golf, futbol, tenis, ciclismo etc. Muchos entrenadores también utilizan creatividad cuando llevan a sus equipos a otras actividades deportivas donde los ejercicios son tomados como una diversión, dentro del contexto de entrenamiento, para incrementar así el impacto positivo y de mejora dentro del equipo.
Sergio Miranda C.
Entrenamiento Mental