Por qué el estrés en la escalada nos puede llevar a mejorar. Cómo aprender a dominarlo.
El estrés en este caso, es un estado de ansiedad, que normalmente se manifiesta en dos niveles, mental y físico, a partir de la PERCEPCIÓN de una situación amenazante, según la información visual o sintomática que recibimos antes o durante el desarrollo de la escalada. Ante la identificación de una situación de peligro, inevitablemente sentimos miedo y reaccionamos adoptando un estado de alerta, que involucra nuestro sistema nervioso, en el que surge un evitable deseo de escape. El problema es que si no sabemos identificar y dominar una situación de estrés, este deseo puede provocar reacciones descontraladas que nos jugarán en contra. En cambio, si sabemos entender el estrés como una oportunidad para aceptar y asimilar el miedo, podemos mejorar nuestra escalada sin duda alguna.
¿Qué nos provoca estrés a la mayoría de los escaladores? Son varias las situaciones: una caída cuando uno puntea una ruta. Que los seguros removibles fallen. Que el asegurador no responda. Que el agarre no esté lo suficientemente firme y se rompa. Qué el lugar donde colocamos los seguros (sobre todo en hielo) no sea lo suficientemente firme. Escalar de primero por una línea desconocida o muy dura. Que nuestros antrebrazos se empopeyen. Cansancio físico. Derivada de estas situaciones, la idea de que una caída provoque una lesión o la muerte. “Fallar” en público en una ruta que nos es particularmente fácil (no encadenarla o no escalarla tan bien como esperábamos). Entre otras posibilidades. Todas estas situaciones mencionadas nos generan cierto grado de miedo. Pero muchas corresponden a miedos falsos o ilusorios, que debemos ser capaces de identificar como tal.
El estrés en muchos casos te lleva a perder el enfoque en los factores que sí son relevantes y a centrarte en aquello que te produce angustia, inseguridad o miedo. En otras palabras, el foco de tu atención se transfiere, y tu cabeza toma decisiones equivocadas, disminuyendo o anulando tu concentración en la escalada en sí y obviamente, perjudicando tu desempeño. Como cuando apretamos las presas más de lo que necesitamos (empopeyándonos antes de tiempo), o como cuando realizamos un rebote en vez de un cruce, porque es lo más fácil en el momento, pero muchísimo más duro para el paso siguiente, o cuando alteramos la respiración y/o hacemos apneas.
Al desviar el enfoque de nuestra concentración, hacia los factores que nos provocan miedo, ansiedad y angustia, entramos en un círculo vicioso que nos genera más y más estrés, y es así cuando surgen comportamientos indeseados, como el típico temblor de la pierna, o agarrarse de la cinta, meter la pierna debajo de la cuerda, pedir cuerda para tratar de chapar cuando es imposible, chapar al revés, (en trad) poner los seguros inadecuados, realizar vuelos descontrolados o incluso, paralizarse.
En general, todo proceso de aprendizaje involucra un grado de estrés, incluso el más mínimo, razón por lo cual es lógico que sea un factor NECESARIO para formarse. Por lo tanto, la primera deducción es que el estrés no es algo que se deba EVITAR, sino, ACEPTAR. Si no enfrentamos esta sensación, y la vemos siempre como un problema, entonces nos costará mucho salir de la “zona de confort”. Si no salimos de nuestra “zona de confort”, entonces no estaremos progresando realmente. La escalada es una disciplina que consiste en empujar nuestros límites. Por ejemplo, si siempre escalamos las rutas que nos acomodan, por el estrés que nos genera la “idea de la caída”, entonces estamos entendiendo el estrés como un problema, no como una oportunidad, y no mejoraremos al ritmo adecuado.
Hay un hecho relevante del cual debemos tener conciencia: muchas veces nuestro estrés se basa en un rechazo a sentir la ansiedad y angustia que generan los “miedos ilusorios”. ¿Cuál es la verdadera consecuencia de una caída en roca? Sólo experimentar la sensación de caída y retroceder un tramo de lo que ya llevábamos escalado. Nada más. ¿Y eso es lo que nos asusta cuando queremos evitar una caída? No. Le tememos a la posibilidad de la muerte o a la idea de sentir dolor en realidad. Pero una caída no tiene más consecuencias que descender. Por lo tanto, es importante que identifiquemos cuando un miedo es en realidad, una falsa idea que se centra en una única posibilidad remota y no en lo que siempre sucede.
¿Cómo podemos entonces manejar el estrés y transformarlo en una oportunidad para mejorar? Cuanto nuestra atención se focaliza en los pensamientos y acciones que realizamos para evitar lo que nos produce estrés, como el miedo a la caída, entonces perdemos el control de nuestro desempeño. En cambio, si somos capaces de cambiar el enfoque de pensamiento, aceptar el miedo y hablarnos a nosotros mismos desde una mirada POSITIVA (dar vuelta la situación) para dale una connotación mental distinta, lograremos desafiarnos a nosotros mismos, mejorar, mantener la concentración y tomar decisiones adecuadas. Por ejemplo, en vez de pensar “no quiero volar”, preguntarse: «¿cómo será el vuelo? ¡Demás que me resulta el paso!» Para lograr éxito y crecimiento, hay que aceptar que uno es vulnerable y aprender a enfrentar un desafío. Si uno no prueba, no intenta, entonces nunca sabremos si somos capaces. Eso es un hecho. Si uno no toma riesgos, entonces, no progresa.
Para manejar el estés, es muy buena la técnica de hablarse a sí mismo cuando se escala. Cuando llega el estrés, se puede tomar esta sensación como una alerta para comenzar a aplicar el método. Describir todo lo que uno está haciendo. Y cuando llega el momento más duro, auto-recordarse cuál es el objetivo. Cuando nos vemos enfrentados a desafíos que nos son muy duros y difíciles entonces en los posible, hay que ponerse PEQUEÑOS OBJETIVOS de antemano como: “no voy a pedir que me tensen” o “voy a tratar de llegar lo más estirado posible a la próxima toma” o “voy a hacer el lance aunque me caiga…si total no pasa nada”… etc. HAY QUE PRESTAR ATENCIÓN EN EL PENSAR, Y LUEGO EN EL ACTUAR, tal como dice Arno Ilgner, autor de Guerrereros de la roca. El Positive thinking, es la clave.
Esto implica ver la escalada como un PROCESO y no como un resultado. Muchas veces nos desilusionamos porque no encadenamos un proyecto después de no sé cuántos pegues… en vez de detenernos a pensar en las micro-mejoras y analizar detalladamente qué fue lo que hicimos bien, vemos el lado negativo. La gente que practica el aquí y el ahora (se focaliza en el presente “MINDFULLNESS”), con una actitud de gratitud, son los más exitosos en el manejo del estrés.
Siempre es buena idea mirar qué hace el otro, preguntar, averiguar, inspirarse. APRENDER DE LOS DEMÁS es una de las mejores formas de transformar algo que nos genera angustia en una oportunidad de aceptar un desafío. No hay que tratar de descubrir América, cuando en realidad…. hace tiempo que ya se descubrió. Si desde un inicio aceptamos nuestra vulnerabilidad y la manifestamos con otros, entonces estaremos dando a los demás una oportunidad de ayudarnos y a nosotros, de ahorrarnos un problema. PERO… NO HAY QUE COMPARARSE. Siempre habrá alguien mejor, más rápido, más inteligente, más fuerte, más hábil y hasta más lindo que uno. Compararse produce un estrés que puede ser difícil de manejar. Cuando uno se saca de encima el estrés de la competencia… entonces nuevamente, es posible que nos enfoquemos en NUESTRA escalada y no en ser mejor que el otro. No olvidemos que en este deporte, la competencia es contra uno mismo.
En conclusión, el estrés es una oportunidad desde una mirada positiva. Surge cuando tenemos la posibilidad de empujar nuestros límites, de salir de lo que nos es cómodo/fácil. Cuando salimos de esta zona de confort, es cuando progresamos. Si aprendemos a dominarlo, entonces aprenderemos a identificar las debilidades, los errores y a definir pequeños objetivos que nos llevarán a mejorar nuestra técnica y capacidad, a manejar nuestra mente y nuestros pensamientos en función a centrarnos en la acción que estamos realizando (la escalada) y no en las sensaciones que nos sacan de foco. Así, podremos ser capaces de ir “más allá”, de dar un nuevo paso, y darnos cuenta de que sí, somos capaces.
por Chileclimbers
Fuentes:
Five Things Rock Climbing Has Taught Me About Stress Management, PracticeBalance.
El estrés en la escalda es una oportunidad, no un problema, Desnivel.
Guerreros de la Roca, Arno ILGNER.
Entrenamiento para escalada 9: Las Destrezas Psicológicas, Barrabes, Pedro Bergua.
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