Relato de Tomás Ravanal sobre su lucha con «Estado Crítico» 9a
Tomás ha estado envuelto en la escalada desde el año 2005 cuando sus hermanos Raul y Pablo lo motivaron para que empezara a practicar. Su evolución fue bastante rápida, logrando hacer 8a+ al año y medio de escalada y 8c a los 3 años de empezar a escalar. Desde que comenzó se notaba que tenia facilidades para escalar en rutas, ya que carecía de miedo y solo buscaba avanzar con una fuerza interior potente pero sin sentido en ese momento, lo que lo llevó a pasar algunos malos ratos debido a no saber evaluar bien los riesgos de su escalada, sin embargo al mismo tiempo esa fuerza lo ha conducido a superar los límites que el se ha puesto.
Ahora el Chileno de 33 años es auspiciado por la marca alemana Adidas Terrex, quienes están constantemente preocupados de las necesidades del atleta lo que ha ayudado a Tomás a poder pasar más tiempo viajando y realizando sus proyectos, sea en competiciones o en roca.
«Vampayer» como lo conocen sus amigos, ya tiene 12 años de escalada en el cuerpo, los cuales han sido completamente dedicados a evolucionar como escalador y a buscar distintas maneras y métodos para no quedarse estancado.
Fotografías por Benjamín Camus.
«Siempre he creído que la mente juega un papel importante en el deporte, pero realmente logré convencerme a mi mismo de esto después de 12 años de escalada aproximadamente, ya que los primeros años la motivación rebalsaba por los poros y realmente no tenia problemas para darlo todo en cada intento, lo que no me permitía experimentar los poderes que puede entregarte tu manera de ser y de pensar. Luego de un tiempo escalando creí necesitar otros métodos para mejorar y dedique más de un año completo a trabajar con un psicólogo deportivo, Sergio Miranda Caiseo, quién me ayudó muchísimo a encontrar mi manera de crecer como deportista y desarrollar el músculo más importante para la escalada».
«En cuanto a «Estado Crítico», Las emociones que generé no fueron las mejores, y sentí que necesitaba aprender una lección muy importante para mejorar como escalador, la cual no tenia nada que ver con la técnica ni la estrategia… era todo una enseñanza espiritual, la cual me llevó a generar una conexión muy fuerte con esta ruta y tomar el desafío como la enseñanza de un maestro».
«Cuando probé esta ruta el año pasado estaba bien en forma y descifré todos los pasos en el primer envión, pero luego la cabeza comenzó a jugar en cada intento, cayéndome unas 7 veces en el último movimiento sin realmente estar cansado como cuando la encadené, lo que fue muy duro para mi ego y mi confianza, realmente no entendía por que me caía, hasta que me di cuenta de la presión psicológica que me había puesto y la importancia que le había dado a encadenar una ruta en especial, la cual no me entregó nada a la hora de encadenar en comparación a la enseñanza que obtuve con el proceso».
«Luego me lesioné el dedo del pie en el inicio de esta ruta, lo que me impidió seguir probándola. Este año fue todo diferente, no había escalado desde la copa del mundo en Arco, Italia, debido a un par de lesiones, sin embargo no sentía ninguna presión mental, y así fue como al tercer intento logré llegar al top.
Fotografías por Benjamín Camus.