Coaching, Pasión y Motivación, elementos necesarios en la escalada

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Hace unas semanas escribí sobre los 6 pilares fundamentales del coaching deportivo, así que hoy nos toca revisar el primero: LA PASIÓN, el que engloba otros conceptos que revisaremos a continuación.

Disfrutar es gozar de algo. Separar el fruto, sacarle el jugo a algo, etimológicamente hablando. Hacer algo por el placer, por el goce que nos produce, hace que se justifique perse. La motivación por hacerlo la encontramos en la misma actividad, independientemente de factores exteriores. Esto es motivación intrínseca, hacemos lo que hacemos por el simple disfrute de hacerlo sin esperar ninguna recompensa.

No es malo estar motivado externamente (motivación extrínseca), no hay que demonizar. Debemos tener un equilibrio entre ambos tipos. Esto ira cambiando según nuestra edad, etapa deportiva, instancias y experiencias. Mezclando ambas, debemos aprender a amar nuestro deporte, buscar y atesorar los detalles que nos permiten estar atentos y focalizados en el momento presente, dejando a un lado las expectativas futuras de lo que puede venir, juicios, miedos, comparaciones.

Cuando vamos progresado en el deporte (y en la vida profesional, familiar…), vamos corriendo el riesgo de olvidarnos de los motivos intrínsecos que nos hacían disfrutar de la actividad en el principio, hasta quedar en segundo o tercer plano. Ahora la motivación se vuelve externa: logros, medallas, fotos o publicidad, redes sociales, dinero, etc. La consecuencia de esto es sencillamente que se pierde la capacidad para disfrutar de la actividad por sí misma.

La palabra competición viene del latín “con petire”, que significa “buscar juntos”. Es decir, la mejor manera de saber lo buenas que son tus habilidades es compararlas con las de otras personas, con el fin último de superarse a uno mismo, buscar lo mejor dentro de uno mismo. Ya cuando la competencia acaba, te juntas con el adversario, se agradecen y valoran que sin el otro no habrían podido mejorar su nivel. Este ejemplo es el que nos ponen Nadal y Federer cada vez que se enfrentan y cada vez que se refieren el uno al otro.  

En la vida y en el deporte nos han enseñado a obtener -y perseguir- resultados por encima de todo -y de todos-. Y conseguir objetivos no es malo, lo incorrecto es hacerlo como único propósito y sin tener en cuenta el proceso para hacerlo. Parece que las preguntas: ¿has ganado?, ¿cuántas medallas sacaste?, prevalecen sobre preguntas más importantes para el proceso como son: ¿Qué has aprendido de la competencia?, ¿has puesto en práctica lo entrenado?, ¿Qué podrías mejorar para convertirte en un mejor deportista?

Como decía Gallwey (iniciador de lo que hoy llamamos COACHING): “Ganar es superar obstáculos para alcanzar un objetivo, pero el valor de la victoria no es mayor que el valor del objetivo alcanzado. Alcanzar el objetivo puede no ser tan valioso como la experiencia que puede obtenerse al hacer un esfuerzo supremo para superar los obstáculos que se presenten. El proceso puede ser en ocasiones más gratificante que la victoria”.

Constancia

Esta es necesaria para conseguir los objetivos que nos propongamos. También es clave para la adquisición de hábitos necesarios para conseguir nuestras metas: si quieres conseguir algo, esfuérzate para lograrlo, “suda la camiseta” y persevera.

Al hablar de hábitos no nos referimos expresamente a la conducta, sino también a nuestra propia representación interna de las situaciones, aspecto ligado a las creencias que tenemos.

  1. El número de repeticiones que conforman el hábito: cada repetición es un avance hacia la consolidación
  2. La frecuencia del hábito: hay que encontrar el punto adecuado que variara de persona a persona y habito a habito. Mucho puede colapsarnos, agotarnos, fatigarnos. Poco generara un efecto nulo, tan solo un recordatorio de que algo queremos aprender.
  3. Que el hábito sea uniforme y progresivo: el cambio debe ser lento y gradual.
  4. La motivación con la que creas el hábito, considerando la atención y la intención con la que lo hacemos: partimos poniendo todos nuestros recursos en el momento presente, luego vamos sintiendo el propósito, el para que lo estamos haciendo.
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Tener un propósito te ayuda a ganar, practicar y amar tu deporte

Seamos claros, el objetivo de realizar deporte es inherentemente ganar. Distintas cosas, metas, logros personales, una marca, pero es el ganar algo lo que perseguimos.  Y esto no es malo, pero no es lo único que nos entrega o que perseguimos con el deporte. La forma de ganar o de conseguir un éxito es determinante para disfrutar, crecer y aprender. Esto último es clave para tener una vida deportiva plena.

Nos han enseñado culturalmente que el que gana es que más disfruta y el más feliz. Cosa que no es totalmente cierta.

Hay dos caminos para ganar:

  • Ganar sin propósito: ganar por el mero hecho de ganar. Salir a ganar de cualquier manera, siendo el resultado la única razón 8una victoria de segunda).
  • Ganar con propósito: salir con la idea de hacerlo lo mejor que se pueda, viendo y disfrutando del momento al 100%; tener ganas, motivación, confianza, diversión mientras se compite; ser positivo y estar atento en el momento presente. Si se hace esto, ya se habrá ganado de una manera u otra y, además, te aseguras de estar cerca de la victoria.

Debemos disfrutar del camino. El viaje es lo que te aporte felicidad, no solo el destino. Durante el camino es cuando estas alegre, contento y compartes con los demás. Esto es lo que recordaras toda la vida. Copas, medallas, títulos, son temporales; los aprendizajes, las experiencias y las personas con quien lo compartes perduraran para siempre.

El Dalai Lama dice: “No te preocupes por los resultados, solo preocúpate de hacer lo que debas. Porque los resultados llegarán”.

Más allá de la fórmula, receta o metodología que usemos, lo verdaderamente importante es la eficacia de estas fórmulas.

Para evaluar el éxito deportivo hay que tener en cuenta dos elementos:

  1. La eficacia del entrenador o deportista.
  2. La eficiencia del entrenador o deportista.

Eficacia: nivel de consecución de metas y objetivos. Se refiere a la capacidad que tenemos para lograr lo que nos proponemos. Alcanzar la meta.

Eficiencia: relación entre los recursos que utilizamos y los logros conseguidos con estos recursos. La eficiencia es positiva cuando se utilizan los menores recursos posibles para lograr un mismo objetivo.

La fórmula del éxito

Para la planificación mensual

Este ejercicio está centrado en los desafíos que tenemos actualmente y lo que queremos conseguir con cada uno de estos.

  1. Escribe en la casilla 1 tus desafíos actuales.
  2. Anota en la casilla 2 las acciones específicas que necesitas realizar para lograr tus objetivos.
  3. En la casilla 3 las acciones convertidas en afirmaciones/ metas de procesos.
DESAFIOS ACTUALES ACCIONES CONCRETAS METAS DE PROCESO
Clasificar a la final de una competencia de expertos Buscar un entrenador

Asesorarme por un nutricionista

Trabajar mi fuerza de dedos

Dos sesiones técnicas a la semana

Dos sesiones de fuerza a la semana

Seguir y habituarme a una nueva dieta deportiva

Hábitos

Queremos transformar en habitó esa pequeña acción que te permitirá mejorar en alguna habilidad, o enfrentarte con mayor confianza a algunos desafíos que tengas.

Los hábitos que podemos agregar o cambiar, son innumerables. Pueden estar relacionados con el rendimiento deportivo o con nuestra rutina diaria personal. Lo importante es que nos comprometamos con algo y se cumpla.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

Algunos ejemplos prácticos:

  • Cuando estés tenso, cambia tu fisiología. Es decir, si estas sentado ponte de pie. Si estas encogido, entonces estírate. Si sonríes, saltas o bailes, es imposible sentirte mal.
  • Toma consciencia de tu respiración y deja que se haga más lenta de forma natural Mientras te centras en ella fíjate cómo te vas calmando.
  • Antes de entrenar o salir a competir date unos minutos para estar contigo mismo. Relájate, concéntrate en lo que vas a hacer y sal a disfrutar.
  • Come varias frutas al día.
  • Sistematiza tus entrenamientos en la semana.
  • Se atentó y positivo contigo y los demás.
  • Repítete frases positivas que estén cargadas de energía.

Hay que repetir y repetir estos nuevos hábitos para que se instauren en nuestras vidas. Puedes utilizar para realizar el seguimiento la tabla que te propongo más adelante. Tachando los días que vayas cumpliendo con el hábito nuevo, podrás llevar un seguimiento de los avances y progresos.

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