Importancia y beneficios de lograr un sueño reparador y algunos consejos para lograrlo.
Toda mi vida pensé que necesitaba pocas horas para dormir. Estudiando, entrenando algún deporte, o haciendo una y mil tareas al día, podía forzar las horas y restar sueño. Luego de algunos días me pegaba unas horas “compensatorias”. Error, esas horas no utilizadas se fueron para siempre, el daño a mi organismo es cuantioso y en algunos aspectos irrecuperables; con suerte esta “compensación” servía para descansar, pero las funciones ligadas al sueño no las podré recuperar nunca. ¿Te has planteado por que no se puede recuperar el sueño perdido?
¿Sabías que tener un buen día no depende de cómo te levantas, sino de cómo te acuestas?
Pocas veces me ha sucedido, pero muchas personas tienen verdaderas epifanías oníricas; la solución a sus problemas se les presenta en forma de sueño. O simplemente (y que si he vivido), despertar con las cosas más claras y resueltas. ¿Qué sucede en nuestra mente al “consultarlo con la almohada”? Cuando el sueño es reparador y dormimos plácidamente, el cerebro se entretiene en procesar toda la información que hemos vivido en el día. Repasa uno tras otro los recuerdos, los copia y archiva en diferentes lugares para que estén accesibles al día siguiente. De alguna manera es como si todo el caos, los numerosos estímulos y la gran cantidad de información que recibimos durante el día, se colocara en su sitio por la noche (Romo, Marta. (2014). Entrena tu cerebro. Alienta Editores.
Al irnos a la cama nuestro cerebro concluye los temas pendientes, da un cierre a estos; refuerza o fija esos recuerdos recientes, da el espacio para colar los recuerdos- experiencias y eligiendo los que debe guardar o conservar. También en este estado somos capaces de analizar colecciones de recuerdos para descubrir cómo se relacionan entre ellos.
Si bien la ciencia ha avanzado mucho, el sueño aún es un área en el que sólo ha logrado someros descubrimientos. En 1956 Eugene Aserinsky y Nathaniel Kleitman, con ayuda del encefalograma, descubrieron las variaciones de la actividad cerebral en el sueño. Encontraron los ciclos entre el MOR (o REM en inglés, rapid eye movement). Acá, las ondas cerebrales se parecen a las que producimos mientras estamos en vigilia, despiertos: tanto la vigilia como el sueño son estados activos.
Una de las funciones descubiertas del sueño es la “higiene” del cerebro. Este entra en un proceso de limpieza:
-Se elimina más beta amiloide. Toxina responsable del Alzheimer y otros trastornos neurológicos.
-Las células del cerebro se llegan a reducir un 60%, lo que crea más espacio entre ellas y permite al líquido cefalorraquídeo limpiar más libremente a través del tejido cerebral.
-Al dormir se genera adenosina, químico que limpia y deja óptimo para aprender cosas nuevas.
Todo lo que experimentamos (desde incluso antes de nacer) se almacena en el cortex cerebral y durante el sueño se transmite en el hipocampo y la amígdala (esa misma que está relacionada con el miedo), donde finalmente podemos memorizar. Mientras mejor calidad del sueño, mejor funciona esto.