10 razones, motivos o excusas para tener un entrenador mental
1. Estado Mental
Para rendir al máximo necesitamos tener un estado mental y físico óptimo, en el momento y lugar adecuado. Este “estado” es distinto para cada deporte, disciplina y deportista. Somos únicos. El entrenador mental te puede ayudar a encontrar y lograr ubicarte en esta zona. Se entrena. Algunos lo llaman IZOF (Individual Zones of Optimal Functioning), otros lo llamamos “flow” (algo ya comentado, de Mihaly Csikszentmihalyi)… y comúnmente: estar en la zona.
2. Refuerzo
Muchas veces el tener una palabra de aliento, ánimo, o que te destaquen algo positivo es un gran estímulo. El entrenador mental es el encargado de velar por este aspecto. Al tiempo de asesora al resto del staff con un plan comunicacional que incluye el refuerzo en los momentos indicados, de manera de potenciar la motivación en los entrenamientos y frente a los objetivos.
3. Objetivos
Para mí, un elemento clave, es el trabajo y gestión de los objetivos. En todos los equipos deportivos con los cuales trabajo, lo primero que pregunto es cuáles son los objetivos o metas; generalmente estos no están o son muy vagos.
Detenerse y plantear objetivos realizables, desafiantes, motivantes y estimulantes es esencial para mejorar el rendimiento. Nos da el norte, la guía del trabajo a realizar. No me detendré en este aspecto, si quieres revisar más en mis columnas anteriores pincha aquí.
4. Trabajo en Equipo
Trabajo en equipo no es estar juntos bajo un mismo techo o amarrados a la misma cuerda. Va mucho más allá: es tener un objetivo grupal -del equipo-, claro, que el mismo sea compartido por todos. En vez de pensar en “mí” debemos pasar a pensar en “nosotros”. Esto se trabaja tanto en un equipo deportivo (futbol, basquetbol, rugby), como en deportes individuales. El equipo no sólo es el que sale a la cancha o pista, lo es todo integrante del staff. Gestionar las comunicaciones (verbales, kinésicas, emocionales) y los códigos internos, la cultura imperante, ritos, etc.
5. Autodiálogo
¿Qué nos decimos a nosotros mismos? ¿Cómo entablamos el dialogo interior? ¿Qué pensamos sobre lo que hacemos o lo que nos está pasando? Todo esto es clave para enfrentar situaciones o contextos complejos, así como para estimularnos y motivarnos a diario. Si bien “el lenguaje crea realidades”, el autodiálogo crea un mundo completo.
Esto es entrenable con herramientas y ejercicios diarios, de manera de rendir más, pasarlo mejor y tener una mejor calidad de vida.
6. Visualización
Crear y recrear situaciones, movimientos, en la mente. Trabajar la visualización ejercita los canales neurales implicados en la acción, refuerza y cimienta las conexiones sinápticas, ayuda a entrenar sin tener que exponerse a lesiones o al trabajo físico y genera un gasto calórico superior al 60% si se compara con la acción “real”.
Aprender estas técnicas y ponerlas al servicio del rendimiento es tarea del entrenador mental.
Una buena visualización incluirá la máxima cantidad de sentidos posibles: sentir, ver, oler, apretón de estómago, aumento de frecuencia cardiaca, etc.
7. Stress
¿Quién no ha sufrido o sufre ahora algo de stress? La realidad es que esto lo padecen, niños, jóvenes, adultos; hasta las mascotas. La modernidad nos tiene sobre estimulados y sobre exigidos. Nos vamos a hacer deporte para sacarnos esto, pero volvemos con aspiraciones, auto exigencias y frustraciones (por objetivos mal planteados).
Necesitamos re-aprender a convivir en este medio, así como a fortalecer nuestras estrategias de afrontamiento: “esfuerzos, mediante conducta manifiesta o interna, para hacer frente a las demandas internas y ambientales, y los conflictos entre ellas, que exceden los recursos de la persona. Estos procesos entran en funcionamiento en todos aquellos casos en que se desequilibra la transacción individuo-ambiente. Se trata de un término propio de la psicología y especialmente vinculado al estrés” .
Y luego: ¿cómo afrontamos el stress de una competencia, de un torneo, de una clasificatoria? ¿El stress que genera que el público esté mirando o estar en la etapa decisiva de una final?
8. Atención
Lograr focalizarse en lo que realmente debemos hacer, en esa pelota que va a 100 x hora (futbol), en esa presa o agarre que viene y luego a la siguiente (escalada), en el compañero que nos pasará el testimonio, o -en mi nuevo deporte- en mi respiración, la sensación de mi cuerpo y finalmente en el blanco que está a 60 metros (tiro con arco).
Centrarnos en lo que estamos haciendo en ese momento y lograr desvincularse de las distracciones externas es clave. Es fundamental. Todos los deportes necesitan de un alto grado de atención para poder desarrollar al máximo nuestras habilidades.
9. Emociones productivas
Todos tenemos las mismas emociones, un niño y un lama con años de meditación. El trabajo está en lograr expresarlas de la mejor manera, que estas pasen y no dejen mella en nosotros, que no nos quedemos estancados en emociones tóxicas como la ira, el miedo o la rabia.
Un deportista debe aprender a controlar y mediar sus emociones, lograr conocer cuáles de estas son con las que rinde mejor y experimentarlas en el momento adecuado.
El entrenamiento mental nos ayuda a concretar y mantener esto, ejercicios simples pero científicamente desarrollados, aplicados metodológicamente nos potenciarán en este ámbito.
10. Apoyo en lesiones
Hay pocas experiencias más complicadas, frustantes y dañinas para un deportista que una lesión. Y si esta inhabilita por un periodo largo, se experimenta como una verdadera crisis, un trauma en la vida del sujeto. Acompañamiento, una reestructuración en la forma de mirar la lesión, qué hacer con el tiempo o como ayudar para apurar y optimizar la recuperación desde la cabeza. Ese es el trabajo del entrenador mental. Para leer más sobre esto pincha aquí.
Estas son 10 beneficios que se ganan al trabajar junto a un entrenador mental. Hay cientos más que se van descubriendo en el camino.
Esto es distinto del coaching, el cual básicamente es un espectro de herramientas que componen a la psicología y al entrenamiento mental, los cuales abarcan con una profundidad teórica, practica y experiencial mil veces más segura, comprobada y que abarca aspectos trascendentales del ser humano.
Por estas y otras innumerables razones es bueno trabajar o asesorarse por un especialista en el tema. Eso sí y lo recalco: un profesional comprobado, con estudios serios, experiencia en deporte, una personalidad y metodología flexible y adaptativa… y que trabaje en base a un proceso. Pero ojo, el entrenamiento mental requiere de un proceso de al menos seis meses para obtener resultados significativamente mejores. Esto no quita que a las semanas de trabajo y ejercicios se vayan notando profundos cambios. Si usted tiene alguna duda de esto, no dude de preguntar a Tomas Ravanal o Inti Mellado (escaladores), Zulema Reynaga (canto lirico), Cristian Valenzuela (fondista paralímpico), Matías Pino (tenismesista paralímpico, oro en Toronto 2015), entre otros.
Ps. Sergio Miranda C.
Sergio@entrenamientomental.cl
Consultor de Entrenamiento Mental.