Escalar y Filmarse
Muchas veces, en la medida que vamos progresando en la escalada, nos va picando el “bichito”de querer ser mejor escalador. Para eso, hacemos todo lo que está a nuestro alcance por mejorar nuestra fuerza, resistencia, lectura, vencer miedos y, en general, ir “puliendo” los pequeños detalles que, finalmente, van desencadenando nuestro esperado progreso. Algunas de estas medidas o actividades son: entrenamos más duro, nos alimentamos mejor, combinamos la escalada con una actividad que aumente nuestra flexibilidad o fuerza (como el yoga), salimos a correr, leemos libros de entrenamiento o escalada, etc…
Una herramienta que puede ser muy útil a la hora de mejorar nuestra escalada es filmar cómo escalamos. Sí, algo tan sencillo como filmarnos y después revisar nuestros “pegues” con un ojo más crítico, puede resultar una gran herramienta para mejorar. Poder observar nuestra escalada nos ayuda mucho a mejorar la técnica.
Los aspectos que debes revisar son, principalmente, 2: táctica y técnica.
Táctica
La táctica es un factor muy importantes en la escalada y se refiere, mayormente, a la “estrategia” que utilizamos en:
– Cómo y cuándo chapar: este punto no solo hace alusión a elegir el mejor agarre para poder pasar la cuerda por el mosquetón, sino que también a ser capaces de darnos cuenta de que ese «no sé por qué se me muere el brazo derecho» se puede deber a que estamos chapando muchas veces tomados de la misma mano y que, quizás, el crux también tiene un agarre clave que hay que apretar con la derecha, «aniquilando» esta pobre mano. En esta situación, nos podría ayudar «sacrificar» un chapaje cómodo con la diestra y hacerlo más exigido con izquierda para que la mano llegue más compuesta al crux.
– Manejo de los ritmos de la escalada: tener caja de cambios no es exclusivo de los vehículos motorizados. Cuando uno escala, debe manejar distintas intensidades según las características de la ruta. Por ejemplo, escalar más rápido en los desplomes de manijas que una placa o «acelerar» en las secciones de crux de las rutas y bajar el ritmo en tramos más sencillos, para ir soltando los brazos.
-Descubrir y aprovechar los descansos: «estacionarnos» en una manilla no siempre es el mejor descanso de la vía. A veces, ir soltando entre tomas regulares nos deja llegar más compuestos a la manija. Además, siempre hay que estar atentos a encontrar algún truquito tipo empotre, talón o empeine, que nos ayude a restar peso a los brazos.
Ondra compartiendo los «papeos» del pegue con un compañero.
-Segmentación de la ruta: «descuartizar» la ruta en tramos puede ser útil. Por ejemplo: primeras 3 cintas, crux, las 4 siguientes son sección fácil, pero sin descanso; luego, un descanso bueno y 5 cintas de intensidad media, con movimientos amplios. También se puede graduar cada sección como rutas independientes.
-Visualización de la ruta: en este caso, filmarnos nos permitirá ver qué tanto nos ajustamos al plan que teníamos y qué tan eficiente es nuestra visualización, la cual debe ser siempre lo más completa posible e incorporar el mayor número de detalles que podamos.
Técnica
La técnica tiene que ver con la forma en que realizamos los gestos técnicos básicos y cómo los hilamos, generando movimientos y secuencias más complejas.
– Bajar el cuerpo.
– Estirar los brazos.
– Pegar la cadera al muro o a la roca.
– Hacer buenas secuencias de pies.
– Chapar rápido.
En esta foto podemos ver una técnica adecuada, con la cadera bien pegada al muro. Esto ayuda a cargar el peso eficientemente en los pies.
– Evitar saltar en los cambios de pies.
– Ser preciso en los cambios de mano.
– No apretar todos los agarres con la misma fuerza.
– Buscar posiciones cómodas, tanto para chapar, como para descansar o ponernos magnesio.
A continuación, un video que muestra los diferentes estilos de escaladores y cómo, ante una misma situación, se desenvuelven de manera distinta. Ahora a grabarnos y ver los aspectos que debemos trabajar.
Comparación de estilos de escalada from chileclimbers on Vimeo.