Torres del Paine // Taller del Sol y Bonington-Whillans, sueños andinos por Juan y Diego Señoret

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El domingo 13 de enero, a eso de las 4:00 de la mañana, sonó el despertador que habíamos puesto para ir en busca de la Torre Norte del Paine. Comimos un buen desayuno y a a las 5:00 ya nos encontrábamos caminando con la primera luz del día.

El acarreo nos tomó como dos horas así que alrededor de las 7.30, después de equiparnos, Juanito y yo ya pudimos empezar a escalar. Taller del Sol es una ruta que destaca por su variedad de fisuras; dedos, manos, puños, offwidths, chimeneas, etc. y también por ser una linea muy directa hacia la cumbre. Una ruta aérea y vertical, con reuniones algo incómodas y con tramos de escalada de mucha calidad.

Después de escalar sus once largos con algo de hielo en las fisuras y nieve en las reuniones, llegamos a la cumbre cerca de las 4:00 de la tarde, muy felices. Nos quedamos unos 40 minutos contemplando el alrededor, para luego rapelar por la misma vía donde corría mucha agua con el sol de la tarde. Llegamos a base de pared a las 8:00 pm y a las 10:00 estábamos de vuelta en el campamento base.

Seis días después, luego de haber acampado en el campamento japonés esperando la siguiente ventana de escalada, con la compañía de los grandes escaladores norteamericanos Steve Schneider y su mujer Heather Baer y algunos porteadores locales, con la comida un poco justa, el sábado 19 de enero a las 4:20 de la mañana con Juanito nos despedimos de nuestros compañeros Tola y Seba que iban a la Torre Sur, y salimos del campamento con el objetivo de escalar la Torre Central por la clásica vía Bonington – Whillans, abierta 50 años atrás.

Nos introdujimos en el Col Bich a las 6.30 de la mañana y a las 8.00 ya estábamos en el pie de la vía. Para nuestra sorpresa, nos encontramos con nuestro amigo Pedro Cifuentes, que se encontraba escalando la travesía de las tres Torres en solitario hace ya seis días. Estuvimos con él un momento, compartimos un Snickers y comenzamos a escalar la vía a las 8:30. La Bonington – Whillans es una ruta que cuenta con largos increíbles como el del clásico techo o el del diedro rojo. A su vez, tiene varios clavos antiguos y muy buenas secciones de escalada, donde nos tocaron fisuras muy mojadas, incluso hasta llegar al hombro. En esta sección comimos algo y dejamos la mochila para ir más livianos en el último tramo que consta de cinco largos, incluyendo la tradicional travesía antes de llegar a la cima. Por fin, a eso de las 4.30 de la tarde llegamos a cumbre para darnos un gran abrazo. Luego de gozar de un gran momento, llegó la hora de bajar. Esta vez tuvimos más de algún inconveniente con cuerdas estancadas y con algunas caídas de piedras, pero finalmente a las 10:00 de la noche terminamos de rapelar el peligroso Col Bich. Nos quitamos los equipos para comenzar a caminar y a las 12:00 de la noche ya estábamos de vuelta en el campamento, muy felices y con nuestro sueño hecho realidad.

Estamos muy agradecidos de toda la gente que nos prestó ayuda y estuvo con nosotros en esta estadía, de nuestras familias y Kaya Unite por todo el apoyo brindado. Por último agradecer a nuestros compañeros de expedición Tola Señoret y Seba Rojas, con quienes compartimos grandes momentos.

Por Diego Señoret

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