Entrevista // Andrés Zegers y su viaje a los inicios de la escalada
Entrevista a Andrés Zegers, uno de los grandes escaladores y alpinistas de Chile.
“No te puedes caer. Además que muchos de los seguros lo más posible es que no aguanten, así que caerse no está dentro de las opciones”
Quizás ha estado trepando por la mayoría de los lugares que gran parte de los escaladores soñamos con conocer, donde a muchos nos gustaría estar rompiéndonos la piel y no por ser “feos”, sino por ser lugares donde no sólo se requiere extrema fuerza y resistencia para sobrepasar los problemas formulados por la roca, si no también se necesita toda la conciencia (que otros llaman “inconciencia”), concentración y control mental para poder pasar varios metros sin protección, por expuestas superficies e interminables fisuras, con un solo fín… SALIR DE AHÍ. Y quién más que EL ANDRES es el elegido para superar estos desafíos verticales recorriendo distintos puntos del globo con su rack. Su último embarque lo llevó nada más y nada menos que a Italia, a ¡¡LOS MITICOS DOLOMITASSSSS!! (conocidos por las nuevas generaciones por la escaladas de los hermanos Pou) por primera vez, lugar repleto de clásicas rutas del más puro estilo alpino, rebalsado de historias de éxito y fracasos.
De su experiencia en este “trip” y su visión de lo que implica asumir los riesgos, nos cuenta en esta exclusiva entrevista.
“Deberíamos ser como pilotos de aviones, muy precisos y analíticos en nuestras maniobras, mas allá del entrenamiento físico el cual evidentemente es importante” (Andrés Zegers).
¿Cómo nace la iniciativa de partir rumbo a los Dolomitas?
Ir a Las Dolomitas es para mí como ir a un museo abierto de la historia de la escalada, desde sus inicios en los que unos granjeros cuidadores de cabras y animales se entusiasmaron un poco mas allá, luego la aparición de los primeros equipos como las cuerdas de cáñamo y clavos fisureros, hasta hoy con el equipo moderno de friends, stoppers, cuerdas dinámicas, zapatillas de escalada, etc… Lugar que también exhibe la evolución del grado, el que en un inicio tuvo su máximo en VIº, que por definición era el límite de lo posible, hasta que a fines de los años 70’ y principios de los 80’ con grandes discusiones y opciones esta escala internacional o UIAA de dificultad tuvo que ampliarse. Me acuerdo en mis inicios haber leído el libro de Messner del VIIº en el cual se habla mucho de Las Dolomitas (cómo no, si Messner es Tiroles…), en el que se mencionan muchas paredes como la Marmolada, la Civetta, la Torre de Trieste, La Cima Grande, Las Torres de Sella, etc… Por donde han pasado todos los grandes de todas las generaciones de escaladores. Hoy en día existen rutas de hasta 8c, así que no nos hemos quedado en el pasado. Por todo esto, como escalador es un privilegio ir a este “museo abierto” y recorrer los pasos de tantos grandes como: Comici, Dulfer, Castignioli, Steger, Vinatser, Solleder, Preuss, Detassis, Bonatti, Cassin, Casarotto, Maestri, Aste, Philipp, Flamm, Messner, Mariacher, Jovane,»Jindro», Koller, Giordani, «Manolo», Larchner, Vigiani,»Bubu», Hubers. Sólo por mencionar algunos que han influido tremendamente en nuestro deporte. En fin, creo que escalar en Las Dolomitas es un honor y un viaje que cualquier escalador de pared debería realizar alguna vez en su vida.
¿Qué es lo más sorprendente de lugar tan clásico como éste?
Lo que más me sorprende de este lugar es que hayan rutas de una dificultad equivalente y de estilo similar a las de Palestras como: la Fogata, Constelaciones o incluso Mamagallo, sin ningún bolt, con dos o tres clavos fisureros intermedios, que fueron escaladas por primera vez en 1911 0 1930, por hombres asegurados de cuerpo. Uno que lleva friends y puedes meter algunos seguros intermedios, ¡ya va todo cagado! Entonces no te queda más que sentir respeto y admiración… considerando que además las escalaban con bototos ¡¡¡¡y algunos que empezaron a usar alpargatas!!!! Es casi como que fuese otro deporte.
¿Y de la escalada, qué fue lo que más te gustó?
Sin duda lo que más me gustó es que revivió en mí el romanticismo de la escalada más allá de la persecución del grado como objetivo, sino en función a la importancia de la experiencia durante su realización, experiencia personal e intransferible, que es inmensurable. El ego y la sociedad actual nos llevan siempre a comparar, a dar importancia al grado, a lo mesurable, pero no siempre se puede. No es lo mismo escalar una de estas paredes en invierno o en verano, ¿cómo se mide aquella vez que te retiraste con la cola entre la piernas? ¿Cómo se mide la tormenta?, ¿el hambre?, ¿la deshidratación?, ¿el frío? etc… Eso sólo tú lo sabes… algunas de las experiencias más ricas no necesariamente son tus escaladas más difíciles.
¿Muy sicópatas las rutas, mucho run out y seguros a la “cresta”?
Sí, (pero) no todas las rutas son psicópatas. Abundan los clavos viejos y no puedes confiar, además de la roca tienes que constantemente estar evaluando tus riesgos y tomarte las cosas con calma.
¿Cómo enfrentas este tipo de rutas, igual que una deportiva, o es necesario un cambio de “suish” (swich)?
Para mí es diferente, sin duda, a una deportiva, ya que no te puedes caer. Además que muchos de los seguros lo más posible es que no aguanten, así que la caída no está dentro de las opciones, tienes que evaluar la roca todo el tiempo para no arrastrarte con un bloque o simplemente quebrar una toma y adiós. Es otra cosa, está claro que no es para todos, pero existe una infinidad de rutas de todas las dificultades, por ejemplo el Sasolungo, de 800 mts 5.4.
¿Cuál crees tú que es la clave para poder asumir estos “riesgos” adicionales con el menor costo posible?
Creo que es clave tener una buena base como escalador. Con “una base” me refiero a un sistema metódico de ordenar la cuerda, un sistema de comunicación corto y preciso, en fín… un orden y estructura para hacer las cosas.
¿A los que se inician en la escalada deportiva, tradicional (o) montañismo en general, que consejo les darías?
En general creo que tendemos un poco hacia una cultura de hacer las cosas bastante al lote, que nos lleva a mezclar un pasatiempo donde la idea es pasarla bien, con una despreocupación y lata de darle la seriedad que merece una actividad potencialmente peligrosa. Esto se debe entrenar en todo momento para adquirir buenas costumbres y capacidad de análisis en forma casi automática. Deberíamos ser como pilotos de aviones, muy precisos y analíticos en nuestras maniobras, mas allá del entrenamiento físico el cual evidentemente es importante. Pero este aspecto analítico imprescindible de un escalador de montañas no es tan evidente. A los que se inician les recomiendo buscarse buenos mentores.
¿Próximo proyecto, viaje, paseo, etc.?
Sobre proyectos, verán que no me gusta hablar mucho hasta concretar las cosas… Pero quiero tratar de realizar la mayor cantidad de sueños y proyectos que pueda. Si tan solo alcanzara el 5 % de ellos, sería muchísimo, y no todos estos son con la escalada.
¿Palabras al cierre, dato, consejo y o saludos?
Hagan las cosas por que les gustan, no por que quieren probarle algo a alguien. A mí me gusta estar al aire libre y espero poder seguir yendo a la montaña mientras pueda caminar.
Entrevista: Tomás Contreras
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