Por qué la confianza es clave en el rendimiento de escalada. Y cómo se trabaja // Segunda parte

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La confianza en la escalada 2

Por lo visto en el artículo anterior, sabemos que la confianza se construye a través de cada sesión de entrenamiento, y no es algo que podamos adquirir de un momento a otro.

Todos queremos mejorar en cada sesión, realizar todos los Boulders y hacerlo “todo bien”. Esto puede ser perjudicial en muchos aspectos, ya que al establecer nuestra atención en muchos objetivos y tareas distintas, terminamos desenfocándonos de los puntos claves e  interrumpimos las conexiones que se podrían generar dentro de nuestro cerebro, por consecuencia de la dispersión en la atención.

El deportista debe saber muy bien cuáles son sus objetivos de trabajo en cada sesión, de esta manera lograr mejorar cosas concretas, por ejemplo, colocar mejor los pies o los movimientos dinámicos, etc… Es importante seguir uno, o a lo más, dos objetivos en cada sesión y no querer mejorar todo a nivel global. Esto no quiere decir que al mismo tiempo que estamos trabajando estos objetivos de trabajo, no estemos interactuando con otros tipos de aprendizaje, pero lo esencial es mantener nuestra atención en los objetivos preestablecidos para la sesión de entrenamiento.

Lo más probable es que nuestras primeras sesiones de trabajo con este nuevo objetivo, no sintamos mucha confianza, ya que al intentar una cualidad específica tan nueva, habrán bastantes probabilidades de no lograrlo tan rápido como queramos. A pesar de que nuestros primeros intentos serán fallidos, debemos ser conscientes que todo es parte de un aprendizaje, y que debemos seguir enfocándonos en nuestros nuevos objetivos, de esta manera, en un futuro cercano podremos comenzar a basar nuestra confianza en nuevos pilares que hemos construido durante cada sesión, ya que la confianza no se da la nada, es un producto natural, consecuencia de haber seguido una planificación e ir ordenadamente respecto a los objetivos de trabajo.

Veamos un ejemplo de lo que pasa comúnmente en los entrenamientos. Digamos que un escalador tiene como objetivo mejorar su dinamismo y dejar de perder energía tratando de realizar cada movimiento seguro y estático. Pero a la hora del entrenamiento, se le pide que haga cinco repeticiones a una vía determinada trabajando su dinamismo de diferentes formas. No obstante, a la hora de estar escalando, prefiere seguir con su rutina de movimientos estáticos, ya que al intentar cambiar su estilo por uno un poco más dinámico, podría no encadenar las vías y con ello traerle frustración y una baja en su confianza. Esto es lógico, ya que los movimientos dinámicos no los domina a cabalidad  todavía, es decir prefiere no caer y encadenar las vías en vez de mejorar un aspecto de su técnica, porque de esta manera basa su confianza en que es capaz de encadenar las vías, aunque sin aprender nada valioso para sus próximas escaladas.

Esto a largo plazo no aporta una buena fuente de confianza, ya que esta se construye paulatinamente en la medida que el deportista acumula sesiones de entrenamientos con objetivos específicos para cada una de ellas, y así comenzará a entender realmente cuál es su nivel de dominio de las diferentes técnicas que pretende mejorar.

Esta percepción de mejora se basa en ser consciente de: ¿en qué medida he trabajado cada objetivo? y ¿cuál es la progresión que he experimentado en cada uno de ellos? Finalmente tendremos una percepción mucho más acertada de lo que realmente somos capaces de hacer normalmente, y así se acaba tomando consciencia de, “si hago normalmente lo que se hacer, ¿qué creo que puedo conseguir?” de esta manera logramos elaborar una mejor y más acertada creencia u opinión de confianza de nosotros mismos, basándonos en hechos reales y contables de lo que somos capaces de hacer, gracias a la ayuda de nuestros objetivos de trabajo, lo cuales nos aportan en gran medida la capacidad para construir nuestra confianza, día tras día, sesión tras sesión.

Jackob Shubert foto de mammut

Jakob Shubert, además de ser uno de los mejores escaladores de competencia en el mundo, refleja una actitud de confianza impresionante. Foto: mammut.ch

Efectos de la confianza:

No es lo mismo enfrentar una situación demandante de rendimiento con confianza que sin confianza, como dijimos anteriormente, un escalador confiado tiene mejor control de sus emociones y puede llegar a adquirir una mejor concentración en la acción.

La confianza actúa como una condición psicológica previa que favorece otros aspectos psicológicos propios a la hora de la acción. Ya sabemos que la confianza es la creencia de que si el deportista hace normalmente lo que sabe hacer, puede lograr los objetivos, entonces para evaluar la confianza, nos deberíamos preguntar ¿Qué probabilidad creemos tener de conseguir los objetivos?

Al formular el logro de objetivos como una probabilidad, en vez de como una posibilidad («posible» v/s «imposible») nos permite de cierta manera cuantificar nuestra creencia.

café kraft

Café Kraft, uno de los mejores centros de entrenamiento de escalada en el mundo. Foto: Café Kraft. 

Atendiendo a esta forma de evaluar nuestra confianza podremos decir lo siguiente:

– Si la percepción que el deportista tiene respecto a lograr sus objetivos, atendiendo a su nivel normal y esperable de ejecución, se puede considerar inferior al 40% de probabilidades, entonces el deportista se está diciendo a si mismo que aún cualquier cosa pueda suceder, es decir, lograr sus objetivos es prácticamente imposible. Recordemos que “prácticamente imposible”, es una creencia del deportista. De esto se puede decir que nadie intentará con todas sus ganas tratar de cumplir su objetivo si el mismo cree que es imposible lograrlo. Por lo tanto si alguien cree que sus probabilidades de lograr el objetivo son inferiores o iguales al 40%, debería replantearse sus objetivos y aspirar a algo que realmente perciba como probable, para así, tener una actitud de reto adecuada.

– Si la percepción que el deportista tiene respecto a lograr sus objetivos, atendiendo a su nivel normal y esperable de ejecución, se puede considerar superior al 90%, entonces el deportista se está diciendo a si mismo que ante cualquier incidente que pudiese ocurrir, el logro de su objetivo es practicante seguro. Esta manera de sentir puede conllevar 2 tipos de respuestas emocionales que en nada ayudan al rendimiento. En primer lugar es probable que el deportista no haga todo lo que está a su alcance para conseguir dicho objetivo, de manera que quizás le cueste encontrar la activación justa y necesaria para afrontar la situación; en segundo lugar, si en el transcurso de la acción, este afrontamiento le provoca problemas y empieza a cometer errores, entonces quizás el deportista se sienta atenazado por la amenaza. Recordemos que la amenaza a “perder algo”, sólo la pueden vivenciar las personas que creen “tener algo”. Si el deportista siente que prácticamente ya lo ha logrado antes de que sea realmente así, estará defendiendo su estatus personal, su ego y se verá obligado a evitar la derrota, por lo que esto acostumbra ser una fuente de problemas para el rendimiento. De manera que si alguien cree que sus probabilidades de cumplir el objetivo son iguales o superiores al 90%, deberá reestablecer sus objetivos para adoptar una actitud de reto adecuada.

– Si la percepción del deportista a lograr sus objetivos está dentro del 40 y 60% de probabilidades aproximadamente, entonces el deportista se está diciendo así mismo que “cualquier cosa podría suceder”. Creer esto tiene otros inconvenientes, ya que de esta manera pensamos que todo es posible, pero como dijimos antes “lo posible” no ayuda a construir nuestra confianza. Recordemos que la confianza se construye en base a lo probable. El deportista que cree que todo es probable que suceda, está afrontando la acción con una actitud que podríamos denominar «ya veremos”, de esta forma la incertidumbre que vivimos en estos momentos de acción se ve elevada y amplificada por el deportista. Si utilizamos este nivel de probabilidad (“ya veremos”) el deportista no se preparará de manera adecuada para actuar con determinación, porque espera ver primero como suceden los acontecimientos antes de actuar con un plan. El problema de esto es que al no estar invirtiendo esfuerzo y perseverando a través de un plan desde el inicio de la acción, estaremos perdiendo muchas oportunidades de cumplir nuestro objetivo. En estos casos desde el punto de vista del rendimiento suele suceder que el objetivo no se logra, pero uno queda con una sensación de haber estado muy cerca, esto es muy positivo y ayuda para que el deportista adopte una actitud de reto la próxima vez, el único problema es que se necesita una próxima vez.

– Por lo general, los deportistas que se sienten confiados son aquellos que estiman que atendiendo a su nivel normal y esperable de ejecución, sus probabilidades de lograr sus objetivos están entre el 70% y el 90% aproximadamente. Estos deportistas afirman entonces que si bien cualquier cosa podría suceder, si realizan todo lo que está en su poder, el logro del objetivo está entre “lo más probable”. Ellos saben y asumen que deberán darlo todo para cumplir sus objetivos y aun así, que existen diversas posibilidades o factores fuera de su control que no les permitan lograr su objetivos. Estos factores son los que en este tipo de casos denominamos «suerte». Y lo que debemos hacer con ella es saber que existe y olvidarse, ya que de nada depende de nosotros controlar ese factor.

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David Macia, uno de los entrenadores de escalada más famosos del mundo. Foto: Desnivel. 

Para terminar podremos decir que estas son sólo formas de cuantificar de manera aproximada una creencia que lleva asociada una forma de sentir. Lo llamamos confianza y sabemos que afecta la forma en que el deportista afronta el rendimiento, logrando que se tome la situación como un reto.

Texto elaborado por Chileclimbers en base a “La mente en acción” Josep Font y Gracie Puertas, Libreria desnivel.

Foto encabezado: toda la actitud de Sean MaColl se nota en las competencias, galería sitio oficial. 

Enlace Relacionado:

Por qué la confianza es clave en el rendimiento de escalada. Y cómo se trabaja (parte 1)

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