La historia de la ruta más dura de Chile // Si los perros ladran es porque cabalgamos

Si bien la escalada, tal como la conocemos actualmente, es un deporte nuevo, no por esto carece de historia. Todas las rutas tienen algo que contar (si las piedras hablaran…). Por esto, en Chileclimbers quisimos compartir con ustedes, artículos con la información que recopilamos sobre las rutas más icónicas de chile.

Quisimos partir el primer artículo por el “niño símbolo” de la dificultad en la zona más clásica de Chile destinada para esto, LAS CHILCAS y su RUTÓN “Si los perros ladran es porque cabalgamos” graduada en 8c (muchos dirán: ¡¡NO ES LA MÁS DURA!!, ¿y «Purocontacto»? Bueno, esta última es un mix, por lo tanto, «Si los perros» SÍ es la ruta -abierta y concebida como tal- más dura que se ha encadenado).

Esta difícil ruta fue abierta por Esteban Vigoroux y Juan José Fernández (alias «Juanjo») en el año 1997, por esos años la escalada se encontraba en una incansable búsqueda de dificultad, no olvidemos que fue en este periodo que se abrieron y encadenaron muchas de las rutas que establecieron nuevos grados en Chile («Manjar de dedos» primer 5.12d y «Quetzal» primer 13.a, entre otras). «Si los perros» se abrió al igual que muchas en Las Chilcas, agregando tomas de roca pegadas sobre la pared de este gran desplome, respondiendo a la necesidad de encontrar y establecer el grado. Fue así como Juanjo la encadenó en 1998 cotándola en ¡8b! Sí, 8b, pero como este grado no respondía a la necesidad de dificultad de ese entonces, la ruta requirió ser “retocada” (le volaron algunas tomas) y quedó finalmente en 8c.

Fue el mismo Juanjo en el año 2000 quien le puso el primer asenso, estableciéndola como la ruta más dura de Chile, y una de las más difíciles de América del sur, pues respondería a un grado que a nivel mundial no era nada de fácil, no como ahora, que es alcanzado por una mayor cantidad de escaladores (no por eso el 8c dejó de ser difícil).

Al margen, cabe destacar que si hoy abrir una ruta ahora no es nada fácil, en ese entonces menos, ya que conseguir equipo ya era un tema, y después venía el taladro, que en esa época hacía pocos hoyos, era pesado, y habían muy pocos a disposición de los MOTIVADÍSIMOS equipadores.

Pasó el tiempo, y esta propuesta se fue haciendo más conocida, así como la escalada en Chile, incluso, ante un recién-naciente Valle Encantado, los escaladores de Argentina venían a escalar a nuestras tierras (que en ese entonces se encontraba algo más desarrollado en términos de cantidad de rutas que el país vecino). Así, llegó Diego Marsella, con su mochila llena de ganas y pegues, atraído por la dificultad de la ruta, a darle y lograr el segundo ascenso. Según el mismo nos cuenta: “volvíamos para Buenos Aires luego de escalar diez días en Chile, y viendo que las condiciones eran pésimas, debido al calor, le di los últimos dos intentos que fueron un desastre… y nos fuimos a probar el proyecto de Seba, que también lo tenía para hacer, y al darnos cuenta que no era el día indicado, decidimos destapar un vinito relajarnos y emprender el regreso. Fue cuando repentinamente un cambio en la ‘meteo’ me hizo cambiar de opinión e ir por ‘Si los perros’. Así, le di un pegue, que más que un pegue fue un ‘pegueazo’. Un buen recuerdo, dos buenos amigos, un perro y mucha suerte…”

No pasó mucho tiempo hasta que otro mono se propusiera subir por esta pared  y así el mítico “Luchito” Guzman lograba hacerse con esta, como quien camina a su casa, logrando 8c con sólo 15 años en 2003 ¡NIÑOS A ESCALAAARRRR!!

Tuvo que pasar mucha agua bajo el puente para que otro escalador tuviera el nivel para asumir este desafío. Y así fue como después de estar mucho tiempo “olvidada” (siempre recibió uno que otro pegue del trabajólico, como los de Poeta Vidal), llegó Tomás “Vampayer” Ravanal el 2009 y se encaramó hasta la cadena sin caerse, logrando este único 8c nacional y reafirmando el grado según sus experiencias europeas.

Luego vendría el Joven Facundo Langbehn, quien se la regaló para su cumpleaños número 16, el 29 de octubre del 2010. Facu venía dándole intentos, los cuales quedaron suspendidos por un viaje a Europa. Pero recargado de energía y experiencias llegó de cabeza a darle y así logró anotársela y tener un regalo de cumple que ya varios quisiéramos… 8c y pa’ la historia.

El último encadene fue a manos del bloquero Lucas Gaona, quien el 2013 le puso la cruz, luego de dos años de intentos muy repartidos. Tomó las riendas y decidió que era el momento de encadenarla y comenzó a asecharla con mayor frecuencia, así logrando tomar la resistencia  que la ruta requería, para registrar el ultimo encadene y sumarse al selecto grupo del 8c nacional.

Así queda la historia de esta desplomada y “larga” ruta, que espera recibir más y más intentos… ya que por más que deje de ser la ruta más dura de Chile, ¡¡seguirá siendo siempre el primer 8C!!

Por Tomás Contreras

Presentado por: