Tómalo por el lado amable // una reflexión y llamado a los que equipan y a los que alegan

Sin duda, los últimos años la escalada ha tenido un gran auge, lo que ha llevado a la aparición de más muros artificiales,  tiendas especializadas y también nuevos sectores de escalada en roca.  Este último punto es sin duda fundamental para que este deporte siga creciendo y desarrollándose. ¿Pero cómo surgieron estos nuevos lugares? De la motivación individual o grupal de algunas personas (realizando un gran gasto económico) que tomaron la iniciativa (y el taladro) y comenzaron a trabajar, cargando además una gran responsabilidad. Pues algo que por lo general nace de una necesidad personal, termina siendo de uso para toda la tribu escaladora.

Los equipadores asumen la responsabilidad de proteger lo mejor posible la línea, de poner bien las chapas, de limpiar bien la vía, de dejar la reunión; todo esto en base a diferentes tipos de criterios de cada aperturista, que por lo general suelen variar. Pero más allá de todo lo anterior, su esfuerzo trae para la comunidad una ruta nueva que podremos disfrutar. No obstante, como escaladores, ¡¡nosotros también deberíamos hacernos cargo de ciertas responsabilidades!!

La primera de todas, a mi parecer, es ir a probar lo nuevo, ya que el trabajo del que se colgó a armar la ruta, adquiere real valor cuando esta se escala, y además que, por mucho que la mayoría pasemos de lunes a viernes escalando en el muro, ¡este es un deporte de AVENTURA! y qué mejor aventura que lo nuevo. Es cierto; algunas veces lo “nuevo” parece “viejo” y está empolvado, sucio, se rompe solo, las chapas no nos parecen tan bien como quisiéramos, la reunión está “penca” (con cordín, o solo un maillon, etc…). Pero es ahí donde, como escaladores, contribuimos a consolidar la ruta, definir el grado, terminar de limpiarla, o si la reunión está deficiente, de aportar con un maillon, de ir una próxima vez y dejarle una cadena. Es cierto, lo ideal sería que quien puso los pernos y las chapas, la deje “tiki-taka” y  ponga la reunión, pero a veces no están los recursos (una reunión con dos chapas, dos maillones y dos cadenas puede costar unos $6.000 por lo bajo) y en vez de quejarnos, podemos pasar a ser parte de la solución.

Otra responsabilidad es ser lo más cuidadosos que podamos con lo que nos rodea y que tanto nos gusta. Ya el hecho de taladrar la roca y ponerle chapas, es una gran intervención y si le sumamos la caca, los papeles, envoltorios de comida, botellas, cintas de dedo, colillas, colas y gran número de ETC. más, ¡¡la estamos embarrando!!

Esta es una invitación a salir a los nuevos lugares (Petorca, El Asiento, El Hongo, Las Melosas, San José, Cierra Calavera, Chacay, y etc… etc… etc…) o a probar las nuevas rutas de los spot más antiguos y visitar algunos otros clásicos  como Torrecillas (que aunque escalen la ruta más fácil, no se van a arrepentir de estar ahí) aportando así con un granito al desarrollo de la escalada y tomando los posibles defectos que encuentren en las rutas nuevas, sectores, accesos, etc… como una oportunidad a contribuir.

Por Tommy Contreras