8.091 m en 28 horas. El alpinismo llegó a sus límites con Ueli Steck

Ueli Steck en la expedición Annapurna. Foto: PatuccioPhoto/ www.uelisteck.ch

Su nombre suena divertido, pero para cualquier entendido del alpinismo, es sinónimo de precisión y eficiencia, por lo que se le conoce como la “máquina suiza”. Es que no hay nadie que se tome con tanta perfección el alpinismo como este superhombre, un verdadero adicto al reloj, que ha batido importantes records de velocidad alcanzando duras cumbres. Esta vez el desafío, nada más y nada menos que la cima del Annapurna a 8.091 metros, un ochomil del Himalaya en sólo 28 horas, ascenso/descenso, sin oxígeno y en solitario por una ruta nueva, que seguiría la línea Lafaille. Su expedición incluyó un vivac a 6.500 metros de altura en el Campo 2 ¡¡se imaginan!! Parece imposible, pero si alguien tenía que logralo, ese era Ueli Steck.

Algo que no es común para este suizo, es la improvisación, pero si hay algo de lo que sí entiende, es que una oportunidad divina no se desaprovecha. Así, cuando el 8 de octubre salió del campo base, supuestamente sólo realizaría una nueva aclimatación subiendo hasta los 6.100 metros, donde junto a Dan Bowie habrían depositado material.

En solitario va la máquina Suiza. Foto por Don Bowie. Fuente www.uelisteck.ch.

Pero Janine y Dan Patitucci, los fotógrafos que acompañaron a Steck en su expedición junto a Dan Bowie, Tenji Sherpa y Jonah Matthewson, lo vieron -con el teleobjetivo desde el campo base- avanzar y detenerse hasta los 6.600 metros, donde se ubica la base del headwall y donde supuestamente habría programado el descanso. No obstante, lo divisaron luego bajando alrededor de 100 metros, donde encontraría una grieta para realizar un vivac de emergencia. Tuvo que realizar este cambio de planes para protegerse de los peligrosos vientos que en cualquier momento podrían haberse llevado a la máquina hasta las puertas de San Pedro. Durante la noche, el viento dejó de soplar y se produjeron unas condiciones climáticas increíbles que no había que desaprovechar. El Suizo escuchó el llamado de la montaña y partió, en plena noche, al más allá (de los ochomil metros).

A la mañana siguiente, para sorpresa de todo el equipo que lo acompañaba, lo divisaron ya debajo del campo 2 descendiendo, luego de haber realizado cumbre quedando sus huellas marcadas.

Ueli Steck es el máximo exponente del Alpinismo de Velocidad, realizando impactantes hazañas desde los 18 años. En 2007 estableció un nuevo récord al ascender el Eiger por la cara note en 3 h 44,  que el mismo batió al año siguiente, logrando 67 minutos menos. El mismo año 2008 habría realizado un primer intento al Annapurna, que abortó tratando de salvar la vida de un alpinista español, Iñaki Ochoa. En 2009 se mandó una trilogía histórica (Eiger, Grande Jorasse y Cervin) por las caras norte, realizando cumbre en el Cervin por la Schmid en 1 h 56. En julio de 2009, realizó su primer ochomil con la ascensión del Gasherbrum (8.035 m) en solo. En 2011 realizó numerosas acensiones records en el Himalaya, como Shisha Pangma (8.013 m) en 10 h 30 y el Cho Oye (8.201 m) junto a Dan Bowie y con condiciones meteorológicas muy duras. El año pasado, conquistó las cumbres del Eiger-Mönch-Jungfrau en menos de 12 horas, gracias a que utilizó un parapente para los descensos.

La expedición que acompañaba a Ueli no podían creen lo que veían. Foto: PatuccioPhoto/ www.uelisteck.ch

Y este año dejó a todos con la boca abierta. Durante su ascenso al Annapurna, ni la falta de oxígeno, ni los fuertes vientos que provocaban sprays de nieve, ni el frío fueron impedimento para que este ex carpintero lograra su misión, ni tampoco un episodio del terror, en que una ráfaga de nieve casi se lo lleva, mientras analizaba unas fotos, perdiendo su cámara y un guante. Ueli Steck realizó un ascenso completamente “futurista”, ya que ni los actuales alpinistas se lo imaginarían posible y el mismo comentó que cree haber llegado a su límite con esta aventura.

Fuentes: www.uelisteck.ch, Desnivel.com, PlanetMountain.com

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