Escalada: por qué es importante cuidar la piel y cómo hacerlo

La piel es un órgano que actúa como barrera protectora hacia las posibles lesiones externas que podrían ocasionarse al contacto con el medio amiente que nos rodea. Sus funciones principales son aislar substancias y microorganismos nocivos para que no penetren en el cuerpo, contribuyendo así a mantener íntegras sus estructuras, controlar la pérdida de líquidos fundamentales como la sangre y el agua, regular la temperatura corporal mediante la transpiración y protegernos de los rayos ultravioleta nocivos del sol.

Básicamente la piel está compuesta por tres capas principales que, en orden de superficie a profundidad, son:

La epidermis: compuesta en su mayoría por queratinocitos, células predominantes en un 90%. Se encuentran en continua renovación, quedando así una gran cantidad de células muertas que se desprenden continuamente. También contienen una proteína muy dura que se llama queratina, sustancia natural que estimula el crecimiento celular. El tiempo que requieren los queratinocitos desde que germinan, hasta su muerte celular, es alrededor de cuatro semanas (factor que podemos considerar importante para la regeneración de nuestras manos). Además en la epidermis se encuentran los Melanocitos, que dan la coloración a la piel y las células de Merckel, asociadas a la sensación táctil.

La dermis: capa profunda de tejido conjuntivo en la cual abundan las fibras de colágeno y elastina que se disponen de forma paralela y que le dan a la piel la consistencia y elasticidad característica del órgano.

Hipodermis: ayuda a conservar la temperatura corporal, proporciona forma al contorno corporal y da movilidad a toda la piel. Su grosor puede cambiar dependiendo de las partes del cuerpo y puede ser diferente entre las personas.

Se puede generar un deterioro prematuro de la piel, por factores externos como el sol, los jabones utilizados en exceso y el continuo desgaste a la cual sometemos nuestras manos por la escalada, con los cuales contribuímos a la desprotección de la epidermis.

Factores internos que están relacionados con la producción celular se pueden atribuir a la alimentación. Al no poseer una dieta equilibrada en vitaminas, nuestra piel se debilita. Los antioxidantes juegan un rol importante ya que disminuyen la producción de radicales libres responsables del envejecimiento prematuro. Estos se encuentran en frutas, vegetales de hojas verdes, legumbres y cereales. La vitamina C es una de las más valoradas por su enorme cantidad de antioxidantes y por ser fundamental para la producción de colágeno. La vitamina E influye en la producción de colágeno, elastina y favorece la cicatrización. Se encuentra en aceites vegetales, yema de huevo, carnes rojas, tomate, vegetales verdes y frutas.

Debemos considerar que el cuidado de nuestra piel es fundamental. Como escaladores debemos ser conscientes que si no cuidamos nuestras manos no podremos obtener el mejor rendimiento, sobre todo en periodos de entrenamiento constante donde nuestra piel no alcanza a regenerarse por completo.

Es recomendable mantener la piel húmeda y flexible. Esto ayudará a mantener esas callosidades preciadas que tanto trabajo cuesta obtener, las que durarán más si no se resecan. La piel seca se desgarra más fácilmente. Una piel sana, hidratada y bien cuidada será más resistente, flexible y elástica. Pudiendo de esta manera extender las sesiones de escalada ya sea en roca o en resina. Por eso es importante lavarse bien las manos para quitar el magnesio después de cada sesión. Este puede resecarte mucho las manos actuando como un agente externo dañino para tu piel.

Mantener la piel suave puede parecer contraproducente para la escalada. Sin embargo, la duración de las sesiones es directamente proporcional a la resistencia al dolor, no a la dureza de tu piel. Tus nervios se adaptarán a largas sesiones y ellos serán, no tu piel, quienes te dirán que tus dedos ya han tenido suficiente (John Sherman, 1997 “Bulder la tecnica de escalada en bloques, Mauales Desnivel”).

Es interesante mencionar en este caso que al entrenar muchas veces pensamos en la fuerza de nuestros dedos como tendones, ligamentos y resistencia de nuestra piel. Pero si consideramos el poder generar un cambio significativo mediante la adaptación de forma específica por la preparación muscular y su relación que existe con la capacidad reactiva del sistema neuromuscular, debemos comprender que las mejorías que tanto queremos requieren un tiempo de adaptación. Respetar los periodos de descanso y el cuidado de nuestras manos nos ayudará a evitar lesiones y a mejorar nuestro rendimiento.

Marcelo Ríos Bustamante
Médico Veterinario.

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Contacto: Marcelo Rios: mriosbus@gmail.com. Tel: 09-1398942.