Cómo debe ser un buen entrenador en la escalada

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Durante mis clases de especialización en psicología del deporte, en 2012, fui descubriendo lo clave e importante que es la figura del “Entrenador”. En general lo mínimo que esperamos es que un buen entrenador sea alguien con estudios, conocimientos, títulos. Y si somos más exquisitos… alguien con experiencia entrenando a otros. Y para considerarlo “seco”, a nivel de MAESTRO, esperamos que haya practicado, competido y destacado en el deporte o disciplina que nos enseña.

¡ERROR!

Llevo unos diez años estudiando en la universidad, más el colegio, serían unos 23 años en aulas. Una de las cosas que he podido aprender: el mejor profesor/instructor/entrenador no es el más viejo, el de más estudios, más galardones, más fama. Es esa persona que sabe comunicar, sabe escucharte y por sobretodo TRABAJABA TU LADO EMOCIONAL para que te intereses y motives por el tema.

En los deportes es lo mismo. No necesitamos al escalador más seco, aquel con mayores logros actuales o en el pasado, que en su momento ganara o pasara a una final de la Copa del Mundo, que haya abierto vías durísimas en tradicional… Un buen “profe” es aquel que:

Si, tiene elevados conocimientos técnicos-académicos.

-Le gusta lo que hace.

-Le apasiona la disciplina.

-Es autoexigente.

-Se preocupa de la “comunicación”.

-Establece un nexo emocional con el/los estudiante(s).

-Sabe escuchar.

-Es humilde.

-Busca aprender de sus alumnos y que ellos aprendan de él.

-Está constantemente perfeccionándose, buscando material, preguntando, estudiando…

-Conoce y aplica las leyes del Aprendizaje (refuerzos).

-Sabe motivar… y motivarse a él mismo.

Estos son elementos que se me vienen a la mente en este minuto. Podemos discutirlos, fusionarlos quizás, agregar, pero no quitar.

Un caso del básquetbol: John Woodent[1] y Phil Jackson[2][3], dos de los mejores –y si no LOS mejores- entrenadores de básquet. Más allá de su visión y capacidad estratégica-técnica, son reconocidos y alabados por sus competencias relacionales. Se centraron en el ámbito emocional/emotivo de los atletas y de los equipos, construyendo desde este nivel. Siempre con un afán de búsqueda, aprendizaje y apertura a cosas nuevas, exploraron la pedagogía, teorías del aprendizaje, técnicas de motivación, y todo lo que pudiese servir para el beneficio del equipo.

En reuniones con viejos amigos, concluimos hace unos meses atrás que uno de los MEJORES profesores del colegio al que fuimos fue Jorge Concha, profe de educación física y el entrenador de la rama de atletismo. La opinión generalizada fue que su calidad de “Maestro” era única. Más allá de que era el técnico del deporte en cuestión, nos enseñó disciplina, nos transmitió el amor por esta, nos acompañó en los peores momentos en la pista… y en nuestras vidas. Es una persona que se daba el tiempo para escuchar a los alumnos en relación a su deporte… y a su vida fuera del recortán y el foso. Todo esto no lo hacía un “cariñosito”, lo recuerdo con el cronómetro en mano exigiendo a velocistas y fondistas hasta el vómito, o hacernos correr en pleno noviembre con 30 grados y el humo de un incendio a 50 metros. Sacó lo mejor física y emocionalmente de nosotros.

Hace unos meses discutía este caso en clases con Gloria Balaguer –psicóloga de los equipos olímpicos de gimnasia y atletismo de Estados Unidos-  ya que al haber realizado un rápido análisis me di cuenta que las personas que fuimos del equipo de Jorge… somos los únicos que seguimos realizando actividades físicas del colegio. Y me refiero a actividades de verdad –no a la pichanga en las “ligas” de moda- si no a gente que corre ultra maratones, carreras en Patagonia, montaña, ciclismo, running (uno fue del team accidentado en la fatídica corrida de la Teletón), y hasta un amigo que puso su propio box de crossfit.

Los alcances de este entrenador fueron más allá de un periodo competitivo… décadas después nos seguimos autoexigéndo al máximo y mejorando en nuestras disciplinas (y si no fuera por las exigencias académicas impuesta por ese colegio, varios habríamos seguido compitiendo en Alto Rendimiento).

Durante el último año me ha tocado trabajar con parte de los mejores escaladores de Chile, y a la vez con una fracción de los mejores entrenadores del deporte. Tenemos una buena calidad técnica (pero nos falta mucho… ¿cuantos siguen estudiando luego de la universidad?, ¿investigando?, ¿asistiendo a cursos?), pero ¿hay una buena performance pedagógica?, ¿desarrollamos y aplicamos programas innovadores, creativos? Hace unos días uno de estos coach me decía algo como: “yo sé de escalada, pero eso no más… me faltan cosas”. Otro, hace un par de meses me pedía ayuda, ya que se habían integrados chicas al equipo de entrenamiento y no sabía como tratarlas. Todo esto, junto con el desconocimiento de algunas falencias en herramientas técnicas, como el establecimiento de metas y objetivos. O como gestionar las emociones en periodos de alta carga, o previas a una competencia, o después, cómo trabajar mentalmente una lesión (sí, se trabaja desde este aspecto, y no sólo para evitar la depre… una actitud positiva ha logrado acortar hasta el 50% el periodo fuera de pistas).

Existe una rama de la Psicología del Deporte que se especializa en el trabajo con entrenadores. Estudiándolos a ellos y su campo de acción, sus necesidades y dotándolos de herramientas para optimizar su performance. Estos, al igual que un deportista, deben establecer un estilo, estrategias, influenciar por su forma de ser, experiencia, conocimientos. Encontrando entrenadores con un perfil formativo, otros para el alto rendimiento, para motivar la adhesión deportiva o instructores (enseñar los primeros pasos). Cada uno de estos “perfiles” necesita estrategias y herramientas distintas.

En el fondo la lógica es simple y de sentido común:

-Si el profe está motivado y se nota que le gusta/apasiona la escalada, me lo contagia; me motiva el doble de lo que ya estaba.

-Si la comunicación es buena, se me refuerza adecuadamente (contingencias), aprendo rápido, corrijo errores con ánimo. No me estreso ni  angustio.

-Si el profe sabe escuchar, comprender y conectarse conmigo emocionalmente, me comprometo más (me la juego más entrenando, no falto, le saco el jugo al tiempo, gasto más plata en equipo… ).

Por todo esto –y otros varios más- es que estamos trabajando y generando un par de clínicas para entrenadores de escalada. Para esto y saber opiniones, necesidades, visiones… es que sería útil que pudiesen enviar y dejar sus comentarios. Proponemos un proceso de co- construcción, en donde son los mismos entrenadores (y entrenados) los claves.

Ps. Sergio Miranda C.
Entrenamiento Mental
www.entrenamientomental.cl
Magíster Internacional en Psicología Aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
Departamento de Psicología FEACH


[1] Entrenador de baloncesto estadounidense considerado el mejor entrenador de la historia de la NCAA, gracias a los 10 campeonatos conseguidos con su equipo de toda la vida, los UCLA Bruins, entre 1964 y 1975 (Wikipedia).

[2]Ex entrenador y ex jugador de laNationalBasketballAssociation (NBA). Como jugador, consiguió dos campeonatos de la NBA, y como entrenador tiene el récord absoluto con 11 títulos

[3] Recomiendo si libro “Canastas Sagradas”, en Chile editado por Paidotribo.

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