El Alpamayo // un desafío en las altas montañas peruanas

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El Alpamayo (5.947 msnm) está situado al norte de la Cordillera Blanca en Perú, este lugar es uno de los mas visitados a nivel mundial en Sudamérica para la práctica del montañismo con grandes desafíos técnicos y expuestos (verticales). La Cordillera Blanca posee más de 200 cumbres sobre los 5.000 msnm y 30 sobre los 6.000 msnm, siendo el Huascarán la cumbre más alta del Perú y la quinta montaña más alta de Sudamérica (6.768 msnm).

El Alpamayo es una de las atracciones más conocidas y apetecidas para ser escalada por su gran belleza, siendo catalogada como “la montaña mas linda del mundo” en el año 1966 (UNESCO).

Nuestro ascenso a este cerro se debió a la suma de un conjunto de casualidades, ya que nos encontrábamos Mari y yo recorriendo distintas quebradas de la Cordillera Blanca e intentando algunos cerros, dentro de los cuales, el Alpamayo estaba totalmente descartado debido a nuestra poca experiencia en hielo. Pero no sería hasta que por casualidades de la vida nos comunicamos con Patricio Gana, un viejo amigo, que viajaba solo por esas tierras con la intención de intentar subir esta montaña y estaba en búsqueda de cordada, ya que por problemas de fuerza mayor (lesiones de parte de su compañero), no tenía con quien ir. Fue así como nos juntamos en Huaraz para organizar de forma exprés un intento a esta montaña.

La jornada normal de este cerro consiste en cuatro campamentos antes de llegar al collado donde uno ve la típica imagen conocida del cerro, después un día de intento de cumbre y dos días para bajar. El cerro normalmente se sube y baja entre seis a siete días. Como nos encontrábamos cortos de tiempo nuestra intención fue reducir los días de aproximación y en vez de realizar cuatro campamentos hacerlo únicamente en dos.

Foto: aproximación

Nuestro viaje parte en el pueblo de Cashapampa, donde negociamos con un arriero un precio para hacer la jornada que normalmente se hace en dos días en un solo día. Nos saltamos el primer campamento Llamacorral llegando al segundo, conocido como Campo Base, la jornada fue bastante larga, pero lo logramos. Ahora sólo faltarían dos campamentos más, el Campamento Morrena y Campamento Collado. La idea al igual que en el día anterior, sería saltarse un campamento, llegando en una jornada al Campamento Collado. Debido a la dura travesía del día anterior, descansamos más y salimos tarde del Campo Base, además esta vez sentimos más la altura y tuvimos que cargar el equipo nosotros mismos, ya que desde el Campo Base no se puede seguir con mulas.

Llegamos al Campamento Morrena, y estuvimos descansando un buen rato para luego internarnos en el glaciar para tratar de llegar al Campamento Collado e intentar cumbre al otro día. Pero al final, el cansancio, la altura y el frío nos pasarían la cuenta, obligándonos a hacer un vivac improvisado a 5.400 msnm aprox. en una rimaya a menos de una hora del Campo Collado. Esta decisión la tomamos ya que justo antes de poder acceder a ese campamento, el glaciar toma una pendiente bastante mayor donde se aconseja asegurar el tramo escalando y debido al peso que teníamos, más el cansancio y el hecho que ya era de noche, optamos por seguir al otro día. Pasamos una noche bastante helada e incómoda, ya que la terraza que tallamos no era muy amplia y tuvimos que dormir con arnés para asegurarnos.

Al otro día comenzamos a subir asegurando el tramo que nos faltaba, que no sería un largo de más de 45 mts. de cuerda para llegar al filo y por fin ver el cerro y el lugar del Campamento Collado. No fueron más de diez minutos caminando en bajada desde el filo y logramos llegar y armar nuestra carpa. A la mañana siguiente decidimos intentar cumbre, pero esta vez sólo seriamos dos,  ya que Mari estaba enferma. Con Pato comenzamos a marchar a eso de las 3:00 AM y la ruta elegida fue la “Directa Francesa” que es la ruta más larga y directa que existe entre el plateau del campamento y la cumbre, graduada como D+.

La primera dificultad fue cruzar la rimaya, ya que esta tenía mucha nieve blanda lo que hacia difícil la prtección, las estacas de nieve eran más bien para tranquilizar la “sicológica” y después de esto vendría una sección de hielo cristalino duro de 90° a 95°. Finalizada esa parte, accedimos a la canaleta por donde va la ruta. Una vez superando los primeros dos largos, viene uno de escalada en nieve dura, donde la protección es sólo con estacas hasta una transición de nieve dura a hielo al siguiente largo. Los siguientes son de hielo con pendiente de 70° a 80° aprox.

Foto: la rimaya de la ruta

La escalada es muy entretenida y de dificultad sostenida en estas secciones, siendo el penúltimo largo donde se encuentra un hielo cristalino debido a que a esta zona le llega constantemente el sol. Después de unas 12 horas aprox. de escalada tranquila y sin apuros llegamos a cumbre a eso de las 14:30 hrs. La vista es increíble y con un día muy despejado se ven muchas cumbres de la Cordillera Blanca. Disfrutamos de ese bello lugar con una vista increíble durante una hora y comenzamos el descenso que se realiza por la misma ruta en siete rapeles con cuerdas de 60 mts. y aprovechando el máximo de elongación de las cuerdas. Al ser un cerro tan concurrido los rapeles ya estaban armados con algunos abalakovs así que sólo nos preocupamos de revisar el estado de estos y los cordines para ver si reemplazábamos o reforzábamos alguno.

Después desde el Campamento Collado hasta el pueblo Cashapampa fueron dos días de descenso, y así luego volver a Huaraz y disfrutar sus bondades hasta que se cumpliera nuestra fecha de partida de esas tierras.

Foto: Vista a otros cerros desde la cumbre

Por Iván Leiva

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