Cómo plantearse objetivos para mejorar en la escalada, algo no tan obvio
Paul en Las Chilcas (Foto x Chileclimbers)
Uno de los elementos claves y fundamentales al estructurar un entrenamiento deportivo son los objetivos y metas que establecemos. Es el puntapié inicial, nuestra carta de navegación.
El tema de los OBJETIVOS no es para nadie nuevo, es un concepto que aprendemos en el colegio, de ahí en adelante es algo que continuamente escuchamos en nuestra vida. Los encontramos en todos los ámbitos en que nos desarrollemos: negocios, capacitación, formación de personas, investigación, un juego… y en el deporte.
Una de las primeras cosas que se realizan en un proceso de Entrenamiento Mental es éste, se deben establecer objetivos y metas, el que queremos, hacia dónde vamos.
Para empezar, estos objetivos deben ser motivantes, nos deben atraer, que sean algo significativo para nosotros. Junto con esto –y a modo personal-, debemos establecer una meta relacionada con nuestro rendimiento, más allá del resultado. Al hablar de “rendimiento” me refiero a trabajar y alcanzar el máximo de nuestro potencial, lo que es un compromiso personal más trascendental. No es escalar un grado ni ganar un torneo, apunta hacia un desarrollo integral de nuestras capacidades –y de nuestra persona-. A modo de ejemplo: “ganar un torneo” es un resultado, “mejorar mí escalada en los aspectos técnicos” apunta hacia el rendimiento. Este último puede englobar el primero; mejorando como escalador puedo ganar uno y muchos torneos.
Un elemento clave –al menos en investigaciones y en proyectos- es establecer Objetivos Generales y Específicos, en donde los segundos serán algo así como pequeñas metas que en una forma gradual nos irán acercando a cumplir nuestro gran desafío. Si quiero escalar antes deberé:
(a) comprar el equipo,
(b) hacer un curso –aprender-,
(c) entrenar.
Necesitamos seguir un orden, una estructura lógica, ¿o acaso se compro el equipo y meses después tomo un curso?
Principios de la formulación de Objetivos
1. Tener objetivos específicos, mesurables: elementos o variables cuantificables, medibles. Ser un “mejor escalador” necesita de generar una fuerza de extremidades superiores y dentro de esto podemos establecer “hacer 25 flexiones de brazos con 10 kilos de peso muerto”. Algo medible, cuantificable, concreto. Plantearme salir a correr es vago; me propongo: salir a correr tres a cuatro veces por semana, seis kilómetros en cada oportunidad. Algo medible, concreto.
2. Identificar claramente las limitaciones temporales: ser conscientes y realistas con lo que nos planteamos en el tiempo. La climatología nos complicaran para entrenar en la roca durante el invierno –lo hacemos igual, pero se sufre mucho-, por lo que debemos tener eso en cuenta. Si estoy aprendiendo a escalar, demorare un tiempo en lograr asimilar las técnicas, así como fisiológicamente deberé modificar aspectos de mi cuerpo (bajar de peso, fortalecer y desarrollar músculos y tendones, entre otros). Todo esto es tiempo que debemos considerar. Un deportista no puede pretender ganar medallas olímpicas cada dos años, ya que este torneo es cada cuatro años. Un escalador chileno no puede plantearse ganar un torneo al mes… simplemente porque acá no hay tantos campeonatos.
3. Utilizar objetivos con dificultad moderada; son mejores que los fáciles o difíciles: debemos motivarnos para ir creciendo, desarrollando, saliendo de la llamada “zona de confort”. Si me planteo algo muy fácil, no es desafiante, lo consigo rápido y fácil, termino abandonando. Si es extremadamente difícil corro el riesgo de frustrarme y desmotivarme, también de no conseguirlo nunca. Resultado: abandono. Buscar algo intermedio, que me haga desarrollar mi potencial, que requiera esfuerzo, sea un progreso considerable, así como alcanzable.
4. Escribir los objetivos y controlar regularmente su progreso: plantear, establecer y escribir los objetivos es lo óptimo. Las investigaciones en el deporte nos demuestran que este trabajo trae como resultados (1) la mejora de los entrenamientos, y (2) aumento del rendimiento y mejora en los resultados. Las razones son múltiples, personalmente me quedo esencialmente con que nos da un norte en el trabajo y con esto una estructura. Puedo volver a revisar mis objetivos y darme cuenta de que estoy yéndome para otro lado y así vuelvo a lo planteado originalmente. Puede pasar –por ejemplo- que empezamos a trotar para bajar de peso y a hacer maquinas para fortalecer espalda y brazos. Corremos el riesgo de transformarnos en runners y desarrollar en exceso la masa muscular; debemos volver a nuestro plan escrito y retomar el sendero.
5. Utilizar una mezcla de objetivos que apunten hacia el rendimiento: rendir es la clave, sacar y explotar ese potencial que tenemos cada uno de nosotros. “Conocer nuestros límites” (y superarlos) podría ser el concepto. Hace unas horas escuche a Tomás González en relación a los Juegos Olímpicos; decía que se centra en su rendimiento, en hacer bien sus ejercicios, tratando de dejar de lado el tema de las medallas. Tener como norte los resultados es una mochila muy pesada, estresante, compleja. Pero al ser algo cuantificable, concreto, también es importantes tenerlos claros sin que nos quite el sueño.
6. Utilizar objetivos a corto y mediano plazo para lograr los del largo plazo: es una escalera, vamos peldaño a peldaño. No podemos saltarnos nada, proceso ordenado, organizado. Paso a paso, etapa a etapa.
7. Internalizar los objetivos: son MIS objetivos, deben ser propios, representarnos, motivarnos. No son los de mis amigos, mi equipo y/o mi polola. Podemos establecer metas y objetivos en conjunto, pero no puedo seguir los de otro. Debemos enamorarnos y hacerlos nuestros.
Richard Cox en su Libro “Psicología del Deporte” el acrónimo SMART, donde:
S | Specific | Objetivos Específicos |
M | Measurable | Objetivos Mesurables |
A | Action- oriented | Objetivos Orientados a la Acción |
R | Realistic | Objetivos realistas |
T | Timely | Objetivos Oportunos |
Trabajar y darnos el tiempo en establecer nuestros objetivos, es clave para el éxito. Establecerlos a conciencia y siguiendo estos puntos asegura un buen comienzo, y un excelente final, logrando la consecución de lo que perseguimos. Claro, existen miles de factores, variables o situaciones que nos aparecerán en el camino, pero esto no debería desviarnos. Abrimos nuestro cuaderno de entrenamiento, vamos a los Objetivos y retomamos el norte.
Ps. Sergio Miranda C.
Entrenamiento Mental
www.entrenamientomental.cl
Cursante Magíster Internacional en Psicología Aplicada a la Actividad Física y al Deporte.
Departamento de Psicología FEACH
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